La celebración religiosa en honor a Sant Agustí comenzó ayer por la tarde con la misa solemne congregando a más de un centenar de fieles que se dieron cita en la iglesia de la localidad para escuchar la homilía del obispo Agustín Cortés.
A los festejos acudieron también miembros de la plataforma antiautopista que desde las fiestas Sant Bartomeu han comenzado con la práctica de manifestarse, pacífica y silenciosamente, aprovechando la presencia de las autoridades durante estos actos tradicionales.
Las pancartas esperaban en alto a la salida de la ceremonia
religiosa y, aunque varios manifestantes aseguraron a la prensa «no
hacer el acto para molestar al pueblo», no faltaron las caras de
insatisfacción por parte de algunos presentes. «Estoy a favor de
que no se construya la autopista pero este no es el lugar. El
patrón del pueblo no puede hacer mucho, a lo mejor, tendrían que
entrar y rezar una plegaria», comentó una de las vecinas de Sant
Agustí quien no quiso que figurara su nombre en este
artículo.
En el momento de la procesión, y ante la imagen de los
manifestantes que aumentaron en consideración el número de público
presente, un sonriente Pere Palau salió de la iglesia junto al
conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, el alcalde de Sant Josep,
José Serra Escandell, y Josep Marí Ribas, del Pacte de Sant
Josep.
Una vez finalizada la procesión encabezada por el santo y seguida por políticos, sacerdotes y fieles, Sa Colla de es Vedrá se abrió paso entre la multitud congregada en la plaza de la iglesia para realizar la tradicional demostración de ball pagès que fue seguida por una invitación de bunyols y vino payés. Los manifestantes cerraron sus pancartas en el momento de baly, «aunque no nos den permiso para poner una mesa informativa», según afirmó Toñi, miembro de la plataforma, «estaremos también en las fiestas de Jesús la semana que viene». Luciana Aversa