Juan José Marí es uno de los pocos mestres d'aixa en activo que
quedan en la isla, profesión que le vino por tradición familiar.
Pertenece a la cuarta generación del «Caleru», el apodo familiar
que tenía su abuelo, y muy conocidos dentro de su campo. Él
solamente que restaura barcos de madera y comenta que al «no haber
nadie que se dedique en serio a la reparación de este tipo de
barcos, ahora está subiendo el trabajo». Desde hace cuatro años se
han abierto al mercado holandés quienes «sí se interesan por la
reparación de barcos viejos», comenta emestre. Establecer el precio
de una reconstrucción es «muy difícil de tasar si solamente se ve
por fuera. Muchas veces nos hemos cogido las manos por eso». A los
holandeses les cuesta mucho más caro el transporte y la
restauración que comprarse un barco nuevo.
Reconstruir barcos y transformarlos de viejos a nuevos es un
trabajo que Juan José conoce muy bien porque se dedica a ello desde
los dieciocho años.
El último barco que ha reconstruido y ha dejado con otra cara es
un yawl de vela clásica llamado «Sky». Con 16 metros de eslora es
el barco más antiguo con los que el «maestro» y sus cuatro
compañeros han tenido la suerte de reconstruir. Traído desde
Holanda, «llegó con el casco en bastante mal estado con lo que le
tuvimos que cambiar casi todo el forro», comenta. En junio ya se
lanzó al agua.
Ahora están manos a la obra con «Crothe», una lancha holandesa de
desembarco de hace setenta años, y que ha diferencia del resto, fue
traído por carretera.
El mestre d'aixa Juan José Marí no es muy partidario del sistema
tradicional ( el que utiliza resinas de aceite y absorbe mucho la
humedad del mar) al que define «caduco y que se estila ahora
mucho», y desde hace tiempo trabaja con el sistema de resina de
Epoxi, sustancia que permite que la madera resista durante mucho
más tiempo gracias al recubrimiento con una barrera de esta resina.
Hasta ahora llevan reconstruidos nueve barcos como el «Crothe» y el
«Najade». C.V.