Según explicó ayer Antonio Matutes, del Grupo de Empresas Matutes, dueño de la cadena de hoteles Fiesta y de aproximadamente el 10% de las plazas hoteleras de Eivissa, «esta operación de compra es un esfuerzo financiero que será positivo para las islas. Todos los grupos que participamos en esta operación somos de aquí, de las islas, y sólo puede representar una influencia positiva para el turismo». «El interés es potenciar el turismo en las islas y, evidentemente, es mejor que el control lo ejerzan empresas radicadas aquí, porque aunque el que compra un paquete turístico es el cliente, siempre es más fácil influir», añadió Matutes. El hecho de que Mallorca sea el principal competidor turístico de Eivissa y que la mallorquina RIU haya comprado el porcentaje más alto de TUI así como que el propio touroperador alemán sea propietario a su vez de casi la mitad de la cadena hotelera con sede en Palma no representa, según Matutes, «ningún problema». TUI, con sede en la ciudad alemana de Hannover, está considerado como el mayor touroperador de Europa, y está presente en los mercados de Alemania, Reino Unido, Polonia, Austria y Suiza, dispone de 285 hoteles con 157.000 camas, así de 104 aviones de las líneas aéreas Hapag-Lloyd Flug, Britannia Airways UK, Britannia Airways SE, TUI Airlines Belgium y Corsair. Cuenta con una plantilla de 64.257 empleados y en 2003 facturó 19.125 millones de euros (25.245 millones de dólares) y obtuvo unos beneficios netos de 315 millones de euros (416 millones de dólares), según información de EFE. Deutsche Bank venderá un segundo tramo de un 14% de las acciones de TUI a inversores institucionales en una oferta acelerada en Europa y en una colocación inmediata en bolsa en Estados Unidos. El touroperador alemán cuenta con la participación de casi el 50% en Hoteles RIU a través de la sociedad Riusa II, empresa que cuenta con unos 110 hoteles en Europa, Africa del Norte y América Latina.
Varios expertos señalaron ayer que con esta venta que consolida la participación de RIU se evita la posibilidad de que aparezca en el horizonte financiero próximo alguna entidad que sopese la posibilidad de lanzar una OPA hostil.