Aúltima hora de ayer se esperaba la llegada a Formentera del navegante y aventurero navarro Àlvaro de Marichalar que el pasado martes a las nueve y media de la noche llegaba con su moto acuática «Numancia» al puerto de Odessa tras haber recorrido 3.100 millas náuticas, unos 5.700 kilómetros aproximadamente, desde Formentera hasta Barcelona y desde ahí hasta Odessa en el Mar Negro.
Marichalar había zarpado desde el Molí de Sal en Illetes el 30 de agosto para dirigirse a Valencia y posteriormente a Barcelona desde donde salió el 1 de setiembre en dirección al puerto más importante de Ucrania, Odessa. En esta ocasión Àlvaro de Marichalar no ha contado con ningún barco de apoyo y sin asistencia alguna en tierra a lo largo de su recorrido que le ha llevado por las costas de España, Francia, Italia, Albania, Grecia, Turquía, Bulgaria, Rumania y Ucrania donde finalizó el viaje.
Los principales puertos en los que recaló fueron Barcelona, Bandol, Mónaco, Génova, Roma, Nápoles, Messina y tras cruzar el canal de Corinto llegó a Atenas para posteriormente llegar a Estambul, la puerta del Mar Negro y de ahí dirigirse por Varna y Constanza entre otros puertos hasta Odessa. Las mayores dificultades con las que Marichalar se ha encontrado en su periplo náutico han sido el mal tiempo a principios de setiembre en el Golfo de León y posteriormente una seria avería mecánica a poco de entrar en el Mar Negro ya que un trozo de madera que flotaba a la deriva se incrustó en la turbina de su moto acuática que tuvo que ser reparada con escasos medios en costas turcas y que pese a con unos días de retraso le permitió concluir su particular odisea en la que siempre ha navegado de pie en su moto.
La expedición ha supuesto para Marichalar unir España y Ucrania, más concretamente Barcelona con Odessa, para reivindicar la figura del re-fundador de la ciudad Ucraniana, José de Ribas.
Guillermo Romaní