B. ROSELLÓ/ EUROPA PRESS
Con la resaca de las fiesta navideñas plasmada aún en sus rostros,
numerosos ibicencos salieron ayer a la calle para protagonizar
colas infinitas en el primer día de las esperadas rebajas de
enero.
Con precios rebajados desde un 20 por ciento hasta un 50 por ciento, la Avenida Bartolomé Roselló se asemejaba ayer a cualquier centro comercial de una gran ciudad debido a la cantidad de gente reunida en torno a las tiendas de gran superficie y con precios que rozan lo ridículo. Camisetas por 3,95 céntimos, pantalones por 9,95 céntimos, complementos a mitad de precio, chaquetas a 14,95 céntimos....y así una larga lista de prendas etiquetadas con el correspondiente letrero de 'Rebajas', y eso sí, la coletilla de los 95 céntimos en todas ellas.
«A ver como lo encuentro ahora», exclamaba una chica en medio de varios montones de ropa manoseada por todos los clientes potenciales mientras intentaba encontrar alguna prenda ya avistada en tiempos anteriores. «Sólo quiero unas botas» solicitaba a gritos una mujer a medida que se acercaba a una zapatería con las manos repletas de bolsas a reventar de ropa, dando claras muestras de haber recorrido previamente todas las tiendas existentes.
En tan sólo 200 metros, donde se aglutinan las principales tiendas en la calle Bartolomé Roselló, multitud de gente se agolpaba en las puertas de los comercios esperando a los acompañantes, que se entretenían en rebuscar entre montones o a soportar, con mucha paciencia, las colas formadas en las cajas. Menos suerte tuvieron los establecimientos ubicados más allá de esos 200 metros, a pesar de ofertar en alguno de ellos bañadores de hombre por tan sólo 1,50 euros. Los puestos de los hippies instalados en el paseo de Vara de Rey, perfumerías y otros establecimientos fueron otros de los perjudicados del primer día de las rebajas al no contar ni con rebajas, ni consecuentemente con clientes poseídos por la fiebre del descuento.