Dentro de un mes escaso el sonido del timbre de colegios, institutos y universidades volverá a escucharse a primera hora de la mañana para que los alumnos vayan ocupando los asientos de los centros educativos. Pero, hasta entonces, algunos estudiantes se ven obligados a pasar previamente por las aulas para examinarse. Son jóvenes que intentan combinar de la forma más liviana posible las elevadas temperaturas del mes de agosto con las horas de estudio frente a los libros. Algo que, según aseguran, no es tarea fácil. «Lo que más cuesta en verano es organizarse porque hace buen tiempo y los amigos te llaman para ir a la playa, salir por la noche y nadie puede resistirse al ambiente nocturno de Eivissa», comentó Virginia Serra, estudiante de 3º de Derecho en Barcelona.
Durante estos meses muchos estudiantes como ella acuden a las bibliotecas de la isla para preparar sus exámenes. «En verano vienen diariamente 300 personas, de las cuales la mayoría son estudiantes», explicó la directora de la biblioteca de Can Ventosa, Fanny Tur. Por este motivo, muchos estudiantes reivindican que se amplie el horario de apertura de las mismas. «Me parece mal que las bibliotecas abran sólo por la mañana», dijo Amalis Riera, estudiante de 4º de Biología en Palma.
Irena Luján.