J. L. MONTOYA
El Ayuntamiento de Sant Josep presentó ayer el operativo que ha puesto en marcha para mejorar la calidad del agua del municipio, del que se beneficiará el 90% de la población. El proyecto se basa en tres iniciativas que permitirán abastecer de agua desalada a distintos puntos del municipio. Cabe señalar que el principal problema que afecta a esta localidad es la elevada salinización de sus aguas.
Para ello, según explicó a este periódico el teniente de alcalde de Medio Ambiente, José Marí Ribas, se han adoptado tres medidas concretas. La primera de ellas consiste en la instalación de dos desaladoras móviles en la zona de es Pou de ses Eres (Sant Jordi), que permitirán abastecer de agua potable a las localidades de sa Carroca, Can Raspalls y Sant Jordi. Ambas desaladoras tienen una capacidad de depuración de agua de 2.800 metros cúbicos al día y prestarán servicio a una población de 10.000 personas aproximadamente.
Está previsto que al menos una de ellas entre en funcionamiento la semana próxima y la otra hará lo propio lo antes posible, según avanzó el concejal, aunque se estima que una sóla será suficiente para abastecer inicialmente a la zona. Se trata de una medida provisional, adoptada en espera de que el proyecto de desaladora impulsado por el Gobierno sea una realidad (lo que se estima que ocurra en un plazo de dos o tres años).