Son la nueva generación del baile flamenco de la isla y no sólo porque nacieron con ello en el cuerpo y en la sangre. También porque tienen ganas de progresar, de aprender más y de demostrar que lo suyo es puro arte combinado con la ilusión y las ganas de los que empiezan.
A Tamara Rodríguez Fernández y a Lidia Escudero González el arte les viene, como no podía ser de otra forma, de familia. Hace poco comenzaron su andadura en el mundo del espectáculo de la mano de sus padres, tíos y primos; algunos de ellos conocidos por promover esta cultura en Eivissa como el guitarrista Marcial Rodríguez, padre de Tamara, o la tía de Lidia, la cantaora, bailaora y percusionista Mati.
Pero este verano Tamara y Lidia comenzarán su propia andadura con actuaciones en la discoteca Prestige de Marina Botafoc, escenario que compartirán también con el grupo de flamenco fusión Fun Calé. Un camino que estas jóvenes primas comienzan a recorrer juntas después de haber llegado al mundo del baile flamenco por sendas muy separadas.
«Uyy, hasta que se decidió... sólo bailaba en las bodas», bromeaba Lidia en cuanto al tiempo que se tomó Tamara para decidir si quería o no seguir la cultura familiar del flamenco. «Sí, empecé un poquito tarde porque a mí de pequeña siempre me gustaba más el rollo de las discotecas y, aunque siempre llevara el flamenco dentro, nunca me daba por hacer algo. Pero un día me entró el gusanillo y empecé a bailar en hoteles con la bailaora Rocío Solanas y partir de ahí, poquito a poco, fui avanzando. Y aunque todavía me queda muchísimo que aprender, ya me he arrancao», aseguró Tamara sobre sus recientes comienzos.Lidia, por su parte, a su arte natural le sumó el aprendizaje académico. «He estado desde los cinco años bailando con Teresa Rojas y lo he dejado hace poco. Ahora me gustaría seguir aprendiendo aunque en el sitio donde vivimos es difícil seguir avanzando, por eso estamos pensando irnos fuera, a Madrid o a Sevilla», explicó la joven.
Sobre el escenario, nada parece resistírseles. Flamenco puro o flamenco fusión, mezclado con funky o algún otro ritmo de nuevas tecnologías. Eso mismo harán el próximo viernes 22 a partir de la medianoche en la discoteca junto a Fun Calé, y nuevamente el 29 cuando todo el local se convierta en un tablao con pinceladas de baile flamenco y música electrónica.