Por poco y se cruzan. El hijo menor y el hijo mayor de Carolina de Mónaco, Pierre y Andrea Casiraghi, decidieron pasar unos días de verano en Eivissa, pero por separado.
Y, si bien Pierre se adelantó y vino los primeros días de julio, Andrea, por su parte, prefirió hacerlo a últimos de mes, ahora que la temporada pitiusa está llegando a su ecuador.
En los últimos años Andrea se ha convertido en un visitante habitual de la isla, primero para divertirse con sus amigos y después para vivir unos días de romance con su actual pareja, Tatiana Santodomingo, junto a quien, desde entonces, regresa cada verano.
Ambos disfrutan tanto del día como de la noche ibicenca rodeados de amigos. Andrea, visiblemente más delgado, estuvo la pasada tarde en una de las playas del sur de la isla donde compartió largas charlas con sus colegas mientras su novia Tatiana se daba un refrescante baño en el mar.
Seguramente, el joven aristócrata le habrá dado algunos consejos a su hermano pequeño sobre cómo manejarse en Eivissa, ya que es a Pierre a quien se le ha podido ver este año, por primera vez, de veraneo en las Pitiüses.
Por otra parte, Andrea aprovechó además para navegar por Formentera, una actividad de la que suele disfrutar; dedicó sus noches a divertirse en discotecas, y sus días de playa a visitar distintos chiringuitos de moda junto a su novia. Un circuito veraniego que posiblemente le explicó a su hermano Pierre, ya que durante su visita también se embarcó rumbo a Formentera para disfrutar de los encantos de la pitiusa menor. En su caso, Pierre vivió una larga jornada marinera junto a los hijos de Nati Abascal, Rafael y Luis Medina, y también con otros amigos que les acompañaban en la embarcación. Los tres compartieron deportes náuticos y se bajaron a tierra para saborear una comida en un restaurante de la pitiusa menor, antes de regresar a Eivissa para asisitir, juntos, a la fiesta de Penélope Cruz en Atzaró. Al parecer, los Medina mantienen una muy buena amistad con Pierre ya que juntos estuvieron hasta altas horas de la noche viviendo la movida ibicenca. Una movida muy atractiva para la juventud aristócrata del Principado de Mónaco que, aunque sea por separado, viene para relajarse al calor del verano ibicenco.L.A.