Es una mezcla del yoga hatha, el dinámico que se basa en una serie de posturas corporales para preparar el cuerpo a la hora de meditar, y el método Pilates, una de las actividades que ayudan a reforzar los músculos de la espalda», asegura José Zurita, monitor de yoguilates desde hace cinco años y que en la actualidad imparte esta actividad física en el gimnasio Luminar.
Estas clases cada vez cuentan con más afluencia de público porque, entre otros muchos beneficios, ayudan a fortalecer sobre todo los músculos de la espalda y el abdomen. La sesión de yoguilates empieza con varios ejercicios de chikung y taichi muy aptos para calentar. Poco después llega el saludo al sol del yoga con el que dan comienzo la clase de yoguilates propiamente dicha. En estas clases los ejercicios son muy variados y tocan ambas disciplinas físicas. «El roll up, que consiste en rodar hacia arriba y bajar lentamente con el control del centro, esto es, del abdomen. También hacemos el swang, que trabaja la hiperextensión de la espalda de manera muy suave; el hundred que consiste en bombear con los brazos cinco veces inhalando y otras cinco exhalando, bocarriba, mirando al ombligo y con la barbilla mirando hacia el pecho».
Según explica el profesor, el método Pilates es apto para cualquier tipo de persona que goce de buena salud y si éste no fuera el caso se puede adaptar un programa de trabajo para cada persona, según su patología. «Trabajamos mucho la espalda y el abdomen, puntos claves para corregir la postura; también fortalecemos y alargamos la musculatura».
Y añade: «Mucha gente acude por problemas de espalda». ¿La postura que más cuesta? La del perro: «Hay que pegar los talones y las manos al suelo, así alargamos la musculatura; les cuesta mucho a las chicas porque están acostumbradas a llevar tacones, pero los chicos también les cuesta tanto o más que como si llevaran tacones».
María José Real