La brusca caída de la actividad en el sector de la construcción está provocando un efecto dominó que traslada la incertidumbre, cuando no la caída de la actividad y los números rojos, a otros sectores. Uno de los que primero se están viendo sacudidos por este problema es el de los transportistas especializados en este segmento.
«Hay muchas empresas que ya han reducido mucho su plantilla y muy posiblemente pase, como ya ocurrió en el 1992, que algunas empresas desaparezcan», explicó Joan Bufí, presidente de la Asociación de Transportistes de la Pequeña y Mediana Empresa de Eivissa y Formentera (Pimeef). Los despidos habrían llegado a tener que prescindire de entre un 25 a un 30 por ciento del personal.
Las empresas de mayor tamaño son las que más están acusando el recorte de la construcción. «Muchas de ellas participaban en la construcción de las carreteras, para lo cual hicieron una inversión importante en incrementar el número de camiones y el de conductores», añadió.
Costes y pérdidas
Los miembros de la Asociación de Transportistas se encuentran vinculados, en más de un 90 por ciento de los casos, a la construcción. Esta relación de dependencia está haciendo que cada día más vean como se incrementan sus costes y cómo deben asumir pérdidas.
«Los márgenes de beneficio ya están muy ajustados al tiempo que todo sube pero debido a la caída de la construcción de obra pública y de viviendas, las empresas tenemos miedo de incrementar nuestros precios por miedo a perder clientes, así que en muchos casos se están teniendo que asumir pérdidas», explicó Bufí. «El problema es que puedes estar medio año perdiendo dinero, pero no indefinidamente. Cuando la cosa se alarga hay que reducir costes», añadió.
No sólo la construcción condiciona la marcha de las empresas. El gasoil es el combustible más usado en los transportes y su precio, desde hace meses, se ha ido incrementando hasta el punto de situarse por encima del de la gasolina.
«Es otro problema más añadido. No contamos con un gasóleo bonificado o algún tipo de ayuda oficial, así que es otra cosa más que limita la posibilidad de obtener beficios. Si la subida de precios sigue, puede ser el factor que acabe de hundir a algunas empresas», relató.
Los transportistas cuya actividad se encuentra íntimamente ligada a la construcción sufren también la reducción anual de la actividad derivada de la prohibición de las obras en las inmediaciones de zonas turísticas a partir de los primeros días de mayo.
Esta circunstancia sólo servirá este año para acentuar los problemas de falta de trabajo y todo apunta a que la situación no experimentará una recuperación importante a finales de año.
«La caída de la actividad en la construcción es algo cíclico, ocurre todos los años, aunque en esta ocasión parece que será algo más marcada que en otras ocasiones y todo apunta que la tendencia a la baja en la construcción se mantendrá en los meses posteriores a la temporada turística», lamentó Bufí.