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Más conocimiento y crear sinergias con Mallorca, claves del futuro del turismo

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El director del Centre de Recerca Econòmica (CRE), Antoni Riera, presentó ayer en Eivissa el 'Libro Blanco del Turismo de Balears', un estudio del sector en las Islas que incluye propuestas de actuación para seguir manteniendo la posición de liderazgo en el futuro y que ha sido auspiciado por el Govern, Sa Nostra, la Universitat de les Illes Balears (UIB) y la Cambra de Comerç de Mallorca.

En su intervención, Riera apuntó como claves de futuro el cambio de un modelo turístico basado en el conocimiento y una mayor racionalidad en el uso del territorio. El economista lanzó también una idea que, sin duda, a muchos de los empresarios presentes en la conferencia les pareció casi subversiva. «Muchas veces pensamos que las diferentes islas que componen las Balears ofertan productos sustitutivos entre si, pero disponen de muchos puntos en común para ser complementarias. Debemos aprovechar las posibilidades que ofrece la plataforma de Son Sant Joan (el aeropuerto de Palma) para salpicar a Eivissa y Formentera», propuso Riera.

Política y sociedad

La inversión en capital humano es uno de los ejes destacados por el libro, en la línea de las peticiones de instrumentos para la mejora de la formación reclamado por agentes empresariales y políticos. Incidir en la innovación y la formación no son los únicos cambios que hay que propiciar. Riera reclamó «evitar actitudes de dependencia y de un uso irracional de los recursos naturales, una actitud con vistas a muy corto plazo».

Igualmente, el director del CRE pidió «que se admita que la forma tradicional de entender el turismo es insuficiente» y reclamó que no se incurra en el error de los últimos años «de centrar la perspectiva turística excesivamente en las leyes de la oferta y la demanda». «Debemos aceptar que el éxito no sólo depende del número de turistas que llegan en agosto, los días que se quedan o el gasto que hacen. Hay que ver en qué condiciones llegan esos turistas, qué relaciones se generan entre los residentes y los visitantes, qué matrimonio se establece con el medio ambiente, el urbanismo o la movilidad», añadió.

En el caso concreto de Eivissa y Formentera, Riera destacó que «las Pitiüses son las que tienen un mayor potencial en temas de biodiversidad y cuenta con un patrimonio cultural importante, reconocido incluso por la Unesco, y aún así todo eso no es reconocido en el exterior; no se le saca el suficiente partido».

Durante su intervención, Riera también incidió en la necesidad de mejorar en materia de competitividad, pero también hacia la sostenibilidad, teniendo en cuanta que «el turismo del siglo XXI está alejado del paqute turístico seriado», tal y como se producen en la actual coyuntura y que es lo que ha permitido el desarrollo turístico de Balears, según defendió.

«Debemos avanzar hacia la competitividad garantizando la satisfacción del turista, pero también de la población residente», reseñó el responsable del CRE, quien reconoció que el cambio que propone «es complicado a corto plazo porque esta transformación va asociada a unos costes para las empresas».

El economista incidió también en la necesidad «de que la política turística de Balears debe ser la política económica de la Comunitat, lo que implica que se mantengan relaciones con múltiples departamentos de la Administración».

El Libro Blanco presentado ayer es un estudio realizado por más de 40 expertos en el que se recogen diferentes indicadores económicos y sociales de Balears para definir la evolución de las Islas en los últimos años, así como un estudio pormenorizado de la relación del turismo con dichos indicadores. Tras exponer estos datos, se revisan algunos condicionantes que pueden limitar a medio y largo plazo la evolución del turismo. Finalmente, se apuntan los retos de futuro que deben afrontarse y las líneas genéricas de actuación que se deben seguir.

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