Escojo no ganar tanto dinero para permitir a todo el mundo comprar productos de calidad». Alessandro tiene una filosofía de trabajo clara: no engañar al cliente o, como dice él, «mostrar una etiqueta limpia». Este joven italiano es el propietario de Italians Do It Better, una tienda de moda de la zona del puerto con unos valores definidos y, sobre todo, honrados: «Hoy en día hay mucho fraude respecto al lugar de producción. Grandes marcas como Prada o Dolce&Gabbana ponen en su etiqueta que sus productos se fabrican en Italia, cuando en realidad están hechos en Vietnam o China. Lo que pasa es que aspectos como el packaging se hacen finalmente en Italia y la ley permite que en la etiqueta quede marcado este lugar como el de fabricación».
Él, precisamente, le ha puesto Italians Do It Better a su tienda con un claro motivo: «Es una provocación. Lo que quiero decir es que las marcas dicen que su producto está fabricado en Italia sin pensar en lo que hay detrás. Las personas que fabrican estos productos en Vietnam, por ejemplo, tienen una familia y les lleva un enorme tiempo y esfuerzo crear estas piezas». Además, añade: «Para nada pienso que sea una frase correcta. En mi tienda tengo cuadros de Barcelona, la lámpara de Valencia, toques ibicencos...».
Su producto identificador son las camisas, hechas a mano y con un precio asequible para todos: «No veo justo que alguien que cobra mil euros tenga que pagar ciento cincuenta por una camisa. A mí me contenta ver a alguien que entra aquí y sale con una camisa de calidad sabiendo que le va a durar años y que, además, le ha salido barata».
Pero no es el único de la zona que cuenta con un negocio con valores tan identificativos. A cinco metros de su puerta, Judith se encarga de Ibiza Das, una tienda de ropa de mujer que apuesta por los diseñadores de Eivissa: «A la gente le gusta saber que lo que compra está hecho aquí, por gente de aquí. Además, tenemos colecciones propias que no llegan a ningún otro sitio».
Para ella, el aspecto diferenciador de sus productos es la historia que tienen detrás: «Cuando un cliente mira algo, me gusta explicarle algo sobre la marca, el diseñador, sus orígenes...».
Por último, Aina y Óscar, están al mando de La Chumbera, un local pequeño pero igual de atractivo. Su filosofía es apostar por artistas jóvenes y crecientes. Su lema, «darle un toque de color a la vida». El mismo color que transmite su tienda, donde las camisetas son las protagonistas: «Tenemos diseños hechos por nosotros mismos, con motivos de Eivissa, como, por ejemplo, las ovejitas del norte de la isla».
Estas tres tienda forman, junto a otras de la zona, 'El rincón de la alegría', tal y como le llaman cariñosamente ellos mismos. Como comenta Alessandro, «nos ayudamos entre nosotros para conseguir un barrio limpio y cuidado. Pretendemos darle más valor a la zona. Mira, ahora se quiere renovar el antiguo mercado de pescado, lo que me parece estupendo. Pero estaría muy bien que, por ejemplo, se dejara un rincón en el que se cocinara el pescado comprado en el momento. A la gente le gusta ver que los productos son locales, frescos y naturales». Pero, como asegura este chico, «hay que darle tiempo al barrio. Ya empieza a ser una zona más transitada que hace unos años, pero aún queda camino».
Marina Bonet