El arte del mukimono tiene un elevado componente de fragilidad, y no sólo por la delicadeza de los trabajos, si no, y sobre todo, por lo efímero que puede ser. «Hay ocasiones en las que se emplea más tiempo en elaborarlo que luego el que se disfruta, esto depende de su utilidad», explicó Juan Fernández experto en este arte milenario chino que se denomina mukimono.
Ayer el primer curso del arte de tallar frutas para su uso decorativo clausuraba con una exposición del trabajo realizado en la última jornada. «Debido al éxito hemos organizado un nuevo curso. Repetiremos el taller del 21 al 23 de este mes», explicó Juan Fernández.
La última jornada del curso, los estudiantes se dedicaron al trabajo con la sandía. «Únicamente han aprendido una técnica de vaciado con esta fruta ya que es my diferente a la que se emplea otras clases», comentó Fernández. - N. S.