El propietario de la casa de huéspedes Vara de Rey, Luis Alejo, explica que la crisis les obligó a cerrar el negocio a partir del mes de noviembre porque la situación estaba realmente mal. «Normalmente cerrábamos un mes, que solía ser enero, pero tuvimos que hacerlo a partir de noviembre porque, simplemente, no teníamos ni un solo huésped y hemos abierto ahora, para la Semana Santa, cinco meses después»., relata este pequeño empresario.
La explicación a este cierre temprano obedece a la falta de visitantes en la Isla, tanto de forma directa como indirecta. «El pasado mes de noviembre, al no haber turismo, un hostal como éste no puede trabajar porque tampoco vienen trabajadores ni ningún otro tipo de gente», af irma el propietario del hostal.
Alejo considera que la crisis ha afectado a todo el mundo, pero sobre todo al sector que trabaja con el ocio y el turismo «porque a la hora de ajustar gastos, lo primero que se recortan son los caprichos y los placeres; y ahí está incluido el ocio». «Lo sé porque hasta yo lo hago», reconoce.
En cuanto a las ventas, el propietario de esta casa de huéspedes estima que «están cayendo desde el año 2000» y afirma que, con respecto a hace 10 años, el volumen de clientes ha descendido en un 50%. «En las épocas buenas he tenido los 11 cuartos llenos y, además, gente que venía interesada y no se podía quedar. El año pasado ya tuvimos cancelaciones, huecos que antes no preocupaban porque eran años de abundancia», reconoce.
Sin embargo, si la comparación se realiza con el año pasado «podríamos hablar de una caída en las ventas del 20%. El número de turistas que visita la Isla está bajando y eso nos afecta a todos», añade.
Por lo que se refiere al tipo de cliente que se aloja en esta casa de huéspedes, «es sobre todo turista y, cuando empieza la temporada, también vienen trabajadores que acaban de llegar y, con el tiempo, necesitan más servicios y se suelen buscar una habitación para alquilar».
Según Luis Alejo, el turista que se hospeda en su casa de huéspedes es «sobre todo joven y que le gusta estar a la moda, con personalidad». Y por nacionalidades, «el español viene siempre y en cuanto al extranjero, el de habla inglesa es el mayoritario ya sean británicos, americanos, canadienses o australianos».
Luis Alejo ha detectado que el turista que visita su hostal «intenta ahorrar lo máximo, eso es algo que se nota» y explica que el turismo de discoteca, por lo general, cuando ha salido ha sido para pasarlo bien y no se suele privarse de salir una noche, de ir a una discoteca, de salir a comer o de comprarse camisetas.
«Este año aprovechaban al máximo la llegada, y de este modo se ahorraban pagar la primera noche de alojamiento y si podían, la última también», asegura. «Antes pagaban alojamiento hasta el último momento y se iban recién duchaditos y hechos unos señoritos al aeropuerto. Ahora si pueden ahorrarse dos noches lo hacen», añade.
El propietario de la casa de huéspedes Vara de Rey recuerda con añoranza «los años mozos que tuvo el hostal, desde el 1999 hasta 2001». Según Luis Alejo hubo mucho color en aquellos tiempos, «en los que las drag queen bajaban por las escaleras con los taconazos y las plataformas, fue realmente divertido». Alejo comenta que se trataba de personas que venían a Eivissa para trabajar una semana y se alojaban en su negocio. «La Isla ha perdido el color y la gente ha dejado de venir, también ha sido una moda que ha ido desapareciendo», opina.
Historias de la crisis
«Este año he tenido que cerrar cinco meses porque no ha habido trabajo»
C. Cires | Eivissa |