La Demarcación de Costas ha impuesto una multa de 205.000 euros al chiringuito Big Sur de Formentera por la celebración de una fiesta en la playa, en verano de 2008.
Se trata de una sanción de carácter «grave» motivada por la instalación de elementos no autorizados en la playa pública, como un equipamiento musical, según explicó el Jefe de la Demarcación, Celestí Alomar. Asimismo, Alomar detalló que la multa es cuantiosa porque suma los 25.000 euros de sanción previstos para estos casos a un cálculo que efectúa Costas de los beneficios obtenidos por el chiringuito durante la fiesta. «En este caso se calcula que los beneficios fueron de 180.000, y entonces la sanción da un total de 205.000», afirmó.
Según Alomar, «las fiestas en la playa son una problemática» que Costas tiene muy en cuenta, aunque negó que el motivo de las sanciones se deba a la afluencia de gente. «Nuestro campo de actuación es por exceso de ocupación. Nosotros no podemos decirle a la gente que no esté ahí, porque no es lógico, porque ni es nuestra intención ni nos lo permite la ley. Pero cuando hay una ocupación como, por ejemplo, de instalaciones musicales, se hacen las denuncias pertinentes», concluyó.
El recurso
Paco Marí, uno de los socios que explotan el Big Sur en Cavall den Borrás, aseguró que ha iniciado el proceso para recurrir la multa. Según Marí, los argumentos de Costas no se corresponden en absoluto con la realidad de los hechos ya que, según indicó, no puede hacer nada si los visitantes acuden a ver la puesta de sol en la playa situada frente a su establecimiento. «Costas está confundiendo de forma interesada lo que es la playa y lo que es el local, y por eso recurrimos la sanción» aseguró Marí.
Según el responsable del local, «la realidad es que a la zona de Cavall den Borrás acude una multitud de personas para ir a una playa preciosa y ver una puesta de sol espectacular». «El problema es que nosotros tenemos un local en el que, como mucho, caben un centenar y medio de personas y servimos a los clientes que entran en el mismo. Pero cuando llegan mil o dos mil personas en días señalados es obvio que no servimos, ni mucho menos, a toda la gente que acude, en especial en ferragosto», indicó el empresario.
Botellón
Según Marí, la playa se ha hecho famosa con los años, acude mucha más gente de la que puede atender su establecimiento. «Pero la playa es pública y no tenemos ninguna competencia sobre ella» explicó Marí, que criticó que, aún así, se debe «encargar de la limpieza del botellón» que se organiza en los alrededores de su establecimiento. «Pero lo hacemos para que al día siguiente la playa esté limpia y en condiciones», agregó.
Por último, el empresario apuntó la posibilidad de que hay una intención de comprometer la situación del Big Sur como si fuera el promotor de estas reuniones para aprovechar de la clientela. «Nosotros somos víctimas porque no podemos atender, ni por asomo, a los clientes que llegan a la playa. Además debemos ocuparnos de limpiar el botellón y encima nos multan», concluyó.
Expedientes abiertos en Platja d'en Bossa
El Jefe de la Demarcaciòn de Costas, Celestí Alomar, explicó que se han abierto expedientes a chiringuitos de Platja d'en Bossa por la instalación de elementos no autorizados en la playa, en el marco de la celebración de fiestas. Sin embargo, Alomar no quiso detallar de qué locales se trata debido a que son expedientes que aún no están resueltos. En este sentido, cabe recordar que el Ayuntamiento de Sant Josep también ha pedido a tres chiringuitos de Platja d'en Bossa que presenten las licencias de las que disponen por organizar fiestas multitudinarias a pie de playa.