El restaurante Ca n'Alfredo y la pastelería Forn Can Vadell recibieron ayer la Medall d'Or de la Ciutat d'Eivissa, un reconocimiento que el Consistorio otorga por primera a empresarios de la restauración.
El acto tuvo lugar en el claustro del Ayuntamiento de Eivissa y fue presidido por la alcaldesa Lurdes Costa, el historiador Felip Cirer, y el cocinero Felipe de la Peña, encargados de describir los méritos y la historia de las empresas galardonadas que tanto ayer, como en las últimas décadas, tuvieron dos nombres propios: Joan Riera de Ca n'Alfredo y Pilar Marí de Can Vadell.
Ante un claustro abarrotado de representantes políticos, amigos y familiares de los homenajeados, la alcaldesa destacó que la entrega de estas medallas es «especialmente emocionante» debido a que se conceden a «dos personas anónimas que hacen ciudad gracias a su carácter y su presencia diaria». De Forn Can Vadell, la alcaldesa aseguró que «es un modelo de negocio y un orgullo para esta ciudad» debido a su atención personalizada. Además de su historia, que se remonta a 1923 cuando Juanito de Can Vadell fundó la Espiga de Oro, de las recetas tradicionales que llegan al presente gracias a cuatro generaciones, y los sabores de la pastelería típica (panellets, cucarrois, ensaimadas, orelletes, flaó y salsa de Nadal), la alcaldesa recordó el pastel propio que Can Vadell hace una vez al año bajo el nombre de ciriacs, con motivo de Sant Ciriac. «Y si no lo probaron lo podrán probar en unos días», destacó la festividad de Sant Ciriac, el día grande de las Festes de la Terra, que se celebra este domingo.
Sobre Ca n'Alfredo, Costa destacó que es «un garante de las recetas tradicionales» y también remarcó que su «trato personalizado es impagable». Asimismo, remarcó el reconocimiento a los méritos del restaurante que hicieron las guías Repsol, Michelin y Gourmetour.
Por su parte, el cocinero Felipe de la Peña hizo un repaso por la historia de Ca n'Alfredo, fundado en 1934 bajo el nombre de Verner y Getrudis, y adquirido en 1936 por la familia alemana Hanauer, que que llegó a Eivissa huyendo del nazismo y en 1940 debió vender el restaurante con urgencia por 8.000 pesetas debido a que estaban punto de ser deportados a su país. Después de pasar por diferentes manos, Ca n'Alfredo fue adquirido en 1941 por sus actuales propietarios.
Asimismo, de la Peña destacó el reconocimiento que algunos de los más grandes chefs otorgaron a los fogones de Ca n'Alfredo, como Juan Marí Arzak, Santi Santamaría o Albert y Ferrà Adriá, y recordó que al frente de los mismos está Cati, la mujer de Joan Riera. Tampoco olvidó que la carta de Ca n'Alfredo, compuesta por arroces, sofrit pagès y peix al forn, entre otras delicias típicas, hechas con productos de la tierra.
Tras recibir la medalla de mano de la alcaldesa, Pilar Marí se mostró agradecida a sus clientes. «Esta medalla es de todos ustedes que nos han ayudado viniendo a comprar siempre». En el mismo sentido se expresó Joan Riera: «El apoyo de todos los ibicencos ha sido primordial para mantenernos un día y otro. Y la familia ha sido el apoyo para mí», concluyó.