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De las tierras de Eivissa

Una visita a los mercados de Vila revela la preocupación por los productos frescos y autóctonos

Imagen de uno de los puestos del Mercat Pagès | ESTEVE FRANQUESA

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¿qué compran estos días los ibicencos y visitantes? Acercándose a cualquier mercado de Vila , entre éstos el Mercat Nou, Vell y el Mercat Pagès, se encuentran, a diario tanto con productos autóctonos como importados de distintas partes de la península o del extranjero. Pero, en general, en los mercados de Vila hay pocos productos de aquí.

Cuando el calor aprieta, la fruta que más se vende es la que más agua tiene. También el tomate para ensaladas y para hacer gazpacho es el producto con más éxito de ventas en esta época.

En el Mercat Vell, las fruteras lo tienen claro: la nectarina y el melocotón son lo que más se vende desde siempre. De frutas, que sean de Eivissa hay poca variedad: el melón, la sandía y los limones. Por el contrario, la verdura casi toda es de aquí; tomate, calabacín, pimiento y pepino para hacer gazpacho es lo que más se compra, pero todo de temporada. «La patata es lo que mejor se vende dentro de los productos de Eivissa», dice una dependienta de un puesto de fruta.

Los clientes más asiduos a este mercado son residentes extranjeros, como franceses, alemanes, ingleses y suizos, siendo la mejor época antes y después del verano.

En el Mercat Vell son habituales, aunque cada vez hay menos, puestos de flores donde los girasoles son el producto por excelencia y los ramos variados que contienen cintías, gladiolos, tajetes y dalias. Aquí las plantas más típicas son el aloe vera y el albahaca.

Cambiando de ambiente, en el Mercat Nou, las dependientas de uno de los puestos lo tienen muy claro: «En verano, el pavo y el queso fresco para ensaladas. Se vende más el de Burgos y la mozzarella que el queso payés». «Los productos autóctonos como la sobrasada, el flaó, la sal de Eivissa, el vino o los licores suelen comprarse como souvenir generalmente», añaden éstas.

En el Mercat Nou el lunes es el día que menos gente y menos productos hay. Por sus pasillos, Emilia se pasea cada día en busca de los productos que mejor se adapten a su dieta, paladar y sacie sus antojos. «Intento cuidarme en cuanto a la alimentación. En casa, yo y mi hombre comemos de todo y muy variado. Si hay productos de aquí, mejor, pero tanto me gusta lo de fuera como lo de aquí», cuenta Emilia. «De todas formas creo que está todo muy caro, 15 euros 20 gambas y no sólo esto sino todo está caro y hay gente que no puede», comenta esta compradora.

María, frente a otro puesto de carne, cuenta que, para ella, las patatas como la fruta de temporada siempre ibicenca, pero sobre todo la panadería y repostería la compra siempre hecha aquí: «El pan payés es muy bueno. En esto es en lo que más diferencia noto. Además, aguanta más la humedad que otro cualquiera. Los flaós y los orelletes no los encuentras en otro sitio».

En la pescadería de Conchita todos saben que tiene pescado de Eivissa. «El salmonete, el gallo ibicenco, la roja, el pulpo y la gamba ibicenca son lo que más vendemos. El pescado de aquí siempre es del día; de fuera el único que es del día es el que traemos de Denia. Muchos turistas vienen y preguntan por el pescado de aquí», explica Conchita.

Marce viene al mercado día sí, día no, a pesar de no ser vecina de la zona. Todo lo que son productos frescos ella los compra siempre en el mercado. Frutas y verduras, carnes, pescados y cosas que elaboran allí. Ella afirma que suele gastar una media de 50 o 60 euros cada vez que se acerca a comprar.

El Mercat Pagès es el único que vende exclusivamente producto de Eivissa. Aquí sólo tienen lo que se cultiva en las tierras de la isla y lógicamente sólo son productos de temporada. «No es que sean mejor o peor los productos de aquí sino que pienso que son recién cogidos», afirma Claudia antes de irse con su bolsa de la compra.

Aquí, la patata de Eivissa es el producto número uno. No se exporta porque son producciones muy pequeñas, pero hay gente de Barcelona y Francia que vienen a comprarla para llevarsela después. «La sandía ibicenca no tiene nada que ver con otra de fuera, aunque sean de la misma calidad», defienden los encargados del merdado.

Elisabeth es una habitual clienta, aunque vive en Nápoles está afincada en Eivissa y al menos una vez por semana visita los puestos. La principal razón por la elige este es porque te ofrece la garantía de que sus productos no contienen aditivos. «En verano, la naranjas son estupendas. El melón, la sandía, las patatas, los calabacines. Estás segura de lo que comes. Yo suelo ir mínimo una vez a la semana y suelo gastar no más de setenta euros cada vez. También voy al Mercat Nou y aquí gasto 100 más o menos», cuenta Elisabeth.

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