Veo que su propia intuición les ha llevado a hacer rodar la pelota con el pie. Ahora les diré que tienen que hacer ese mismo movimiento desde el talón hasta los dedos», explicó el fisioterapeuta Bartolo Roig, que ayer impartió una sesión de automasaje en el Hogar Ibiza dentro de las jornadas de hábitos saludables del centro.
Con más afluencia de público de lo esperado (tuvo que dividir a la clase en dos para poder impartir la sesión con mejor seguimiento de cada persona), Bartolo dio unas sencillas instrucciones para manterse en forma haciendo pequeños gestos y movimientos.
Mientras él explicaba los puntos reflexológicos que conectan con partes como el hígado o los riñones, los alumnos de este taller formulaban sus preguntas al respecto. «¿En lugar de una pelota se puede usar una botella de cristal?», preguntó una de las señoras. Bartolo, por su parte, se apresuró en contestar que más bien un rodillo de madera: «Yo con la botella de cristal no lo intentaría. Si no tenéis pelota, pues un rodillo de madera iría bien».
Viendo que algunos de los usuarios intentaban sin éxito ponerse casi a la pata coja, el fisioterapeuta dijo con tono amable: «Tienen que asegurarse con el otro pie, no tienen que intentar ponerse a la pata coja sobre la pelota porque si no, no darán a basto en las urgencias de Can Misses». Este comentario suscitó alguna que otra carcajada en el gimnasio del Hogar Ibiza y fue ejemplo del ambiente distendido y simpático que se pudo respirar en esta sesión de automasaje.
«Una vez trabajado el talón y la punta de los dedos tenemos que trabajar la mitad del pie, que es una zona muy importante, la de la vejiga. Si les cuesta conciliar el sueño éste es el punto indicado», continuó Roig con su explicación mientras las alumnas más aplicadas observaban, hacían el ejercicio y, segundos después, lo apuntaban en una pequeña libreta para poder así más tarde consultar el paso a paso en sus casas.
El siguiente paso en esta sesión de automasaje fue el trabajo con las manos: «Tienen que doblar una rodilla sobre la otra. Ahora tienen que colocar las manos entre el dedo gordo y el segundo e ir subiendo por la parte exterior del pie hasta que noten que se juntan. Una vez en este punto hay que presionar. Es un poco doloroso; es el punto del hígado», explicó el profesional en fisioterapia, quien puntualizó en tono simpático: «Así que ya saben, cuando se vayan de cena todos juntos y al día siguiente tengan resaca se presionan este punto». Segundos después, las risas continuaron complementándose con esta beneficiosa sesión de gimnasia a uno mismo.