En la barra de la carpa de festejos, los refrescos y las cervezas se convirtieron en el mejor remedio para esperar la salida de la procesión bajo un calor más propio de primavera que de ya casi invierno. Unos metros más allá, cuatro voluntarias de Mans Unides vendían bunyols a 0,50 céntimos de euro. Así, con bunyol y refresco en mano, gran parte del público que no quiso perderse la celebración del día grande de Sant Carles pasó la hora y media de misa solemne oficiada por el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura.
Tras la homilía llegó el momento de ver el paso procesional en el que Sant Carles lució sus mejores galas por las principales calles del pueblo y en el que, además, Vicent Marí, alcalde de Santa Eulària, participó con el bastón de mando de alcaldía, detalle que no suele verse mucho en este tipo de festejos. Según comentó, procesionar con este bastón fue fruto de la petición que le hizo un amigo «que a su vez había hecho una apuesta con otro amigo sobre si llevaría el bastón o no», comentó el alcalde de Santa Eulària.
Una vez acabada la procesión, parte de las autoridades de Santa Eulària, concretamente el alcalde y el concejal de Juventud y Fiestas Salvador Losa, atendieron a dos radios que hacían parte de su programación en directo con motivo del día grande de Sant Carles. Minutos después, la colla de ball pagès Sant Carles de Peralta deleitó a los asitentes con una demostración del baile tradicional que concluyó con un sonoro Uc de casi un minuto. Mientras tanto, en el jardín de la iglesia, los 14 alumnos de entre 16 y 20 años del curso de auxilar de cocina (CAPI) de la escuela municipal de formación preparaban algo nerviosos las bandejas y la presentación del catering que habían elaborado con motivo del día grande de estas fiestas patronales. «La verdad es que están un poco nerviosos, como yo, porque es la puesta en escena del trabajo de una semana, que es lo que llevamos preparando todo esto. En el curso llevan un mes», explicó Erick Tortolani, profesor de cocina de esta escuela municipal.
Micrófono en mano, el alcalde de Santa Eulària agradeció a la comisión de fiestas, la asociación de vecinos, el coro parroquial y a todos los vecinos en general su esfuerzo por participar y organizar las fiestas de Sant Carles. Destacó además que es un pueblo que consigue lo que pide: «Como el proyecto de circunvalación del pueblo con el que disminuirá el tráfico rodado dentro del pueblo y así habrá más tranquilidad», precisó. Y añadió: «Por último quiero pedir un fuerte aplauso para los alumnos de la escuela municipal que han preparado este aperitivo para todos».
Finalmente, el resultado de tanto esfuerzo fue óptimo, pues las bandejas con vieiras gratinadas, croquetas de queso, muslitos de pollo al comino, gambas rebozadas en coco y curry, mini graixonera y mini flaó se vaciaron durante el recorrido hacia las mesas habilitadas para el ágape.