La empresa adjudicataria de las obras de la carretera de Sant Miquel, Acciona, finalmente no instalará la planta asfáltica prevista en el proyecto de remodelación de la vía y cuya localización iba a ser Ca na Palava. A cambio, serán las empresas locales de construcción las que suministrarán los materiales necesarios para el asfaltado de la misma.
El conseller de Mobilitat, Albert Prats, anunció ayer esta decisión que calificó como un «mérito muy grande» de la empresa adjudicataria porque tendrá «un impacto económico en la isla» y «reducirá impactos medioambientales y paisajísticos».
Según explicó Prats, la decisión de no construir esta planta es el resultado de «meses de negociaciones» entre la empresa y el sector local de la construcción con la mediación del Consell. «La planta asfáltica se metió en el proyecto de la carretera para que pasase todos los trámites medioambientales y para incluir medidas correctoras, pero desde el primer momento dijimos que, si podíamos evitarlo, no se construiría», recordó el conseller, que se refirió también a la inquietud que este proyecto había provocado entre los vecinos de Ca na Palava, que hicieron público su rechazo. «Ya dije en su momento que, a lo mejor, no se instalaría la planta y se puede ver que sin haber recibido más presiones ni reivindicaciones, el Consell por decisión propia ha seguido trabajando en esta línea porque estábamos convencidos de que se podía evitar», destacó.
Sin sobrecostes
Prats explicó que esta decisión no supondrá un encarecimiento del proyecto y que la empresa no podrá «exigir ningún sobrecoste» a la institución. «Son números internos de la empresa y de su contrato» aseguró, y remarcó que fue «una decisión libre» de Acciona. «Pero obviamente, el Consell siempre ha dicho tres o cuatro cosas muy básicas: respeto a los propietarios, al patrimonio y evitar por todos los medios posibles instalar una planta asfáltica», agregó.
Por último, Prats detalló que las negociaciones para adquirir el suministro en el sector local se extendieron más de lo previsto y que corrió el riesgo, no sólo de tener que instalar la planta sino también de retrasar los plazos de la obra. «Pero el Consell ha preferido mantener su postura y finalmente ha resultado bien», concluyó.
Prats: «Habrá retrasos porque las exigencias del Consell han ralentizado el ritmo»
El conseller de Mobilitat, Albert Prats, aseguró ayer que la obra no se terminará en mayo como estaba previsto según el plazo de construcción de doce meses que marca el proyecto. «No se cumplirá con este plazo porque hubo retrasos por los restos arqueológicos, porque hemos exigido un mayor celo en el trato a los propietarios y una mayor pulcritud en todas las entradas en fincas. Todo eso son exigencias del Consell que han ralentizado un poco los ritmos, por lo que el Consell asume hasta cierto punto los retrasos que se han producido», destacó Prats, que estima que la obra se podrá «terminar en el verano de este año».