El fuerte calor reinante durante toda la mañana se convirtió ayer en el gran protagonista de la celebración del día grande de Sant Josep de Sa Talaia. Por eso, fueron muchísimas personas, entre vecinos, turistas y curiosos, los que se acercaron hasta esta localidad ibicenca para pasar el día y ver salir al patrón en procesión por las calles del municipio.
Así, en la plaza hubo momentos en los que no cabía un alfiler, como cuando el Grupo Folclórico Sant Josep de sa Talaia comenzó a animar a los presentes con su música y sus tradicionales bailes payeses, o cuando el ayuntamiento y los obreros de la parroquia repartieron orelletes, flaó, greixonera y vi pagés, sobre los que algunos se lanzaron como si no hubieran comido hace semanas ante las críticas de muchos de los allí presentes.
Ya antes, y después de una misa oficiada por el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura y en la que la gente también acudió en masa, el santo había salido en una pequeña procesión que recorrió, al ritmo de las campanas de la iglesia, la arteria principal de la localidad a hombros de cuatro payeses y envuelto en un bonito ramo de flores.
Invitado sorpresa
Junto a él desfilaron vecinos que iban portando las diferentes tallas, y la corporación municipal, encabezada por el alcalde, Josep Marí Ribas, al que acompañaba un invitado de excepción, el president del Govern balear, Francesc Antich, al que los vecinos no paraban de mirar asombrados.
Otros de los invitados a la jornada festiva y que más sorprendieron a todos los presentes que llenaban las aceras con sus cámaras de fotos, fue el Grupo Folclórico Vila Verde Minho de Portugal. Los cerca de treinta miembros de esta asociación llegada del país vecino exclusivamente para la festividad de Sant Josep fueron despedidos después de su actuación en la plaza de la localidad con una más que merecida ovación, tras deleitar a todos los presentes con su música, sus canciones y sus bailes tradicionales a la hora de comer.
Luego tras reponer fuerzas en algunas de las terrazas de la localidad o en alguno de los puestos callejeros en los que se servían perritos calientes o bocadillos de chorizo, morcilla, lomo o panceta, para muchos el día grande de Sant Josep continuó por la tarde y la noche.
No en vano, a partir de las seis y media fue el turno para los más pequeños de la familia con la representación por parte de Al Forn Teatro Infantil de la obra teatral 'Capficat i Ficapota després del naufragi', que cuenta la historia de dos simpáticos piratas ladrones de ilusiones que después de un naufragio llegan a una isla encantada donde conocen a Isolina, una niña desorientada.
Luego a las nueve y media todos pudieron disfrutar con el espectáculo de humor de José Boto, conocido por sus actuaciones en el Club de la Comedia y Paramunt Comedy. Y finalmente, tras la actuación a las diez y media de la noche de Bluesmafia & Es Saligardos, la fiesta se cerró con un gran espectáculo de fuegos artificiales y con la actuación a partir de la media noche del grupo barcelonés Disco Inferno, que versiona la mejor música disco-funk de los años 70.