La Semana Santa en Vila dió oficialmente comienzo ayer a eso de las nueve de la noche cuando la Virgen de los Dolores cruzó, como todos los años, la puerta de la Catedral para discurrir por las calles de Dalt Vila bajo el sonido solemne de las campanas del templo y la expectación de los fieles congregados en la plaza.
Junto a la imagen, adquirida por iniciativa del Consejo Diocesano de Mujeres de Acción Católica en 1945, discurrieron cofrades de todas las edades vestidos con su hábito blanco y azul celeste.
Detrás, iba el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, el Grup dels Xacoters de sa Torre con su música de tambors, flaütes y castanyoles, y unos cincuenta fieles que la acompañaron en un recorrido que se caracterizó por su solmenidad, silencio y respecto hacia esta imagen.