Greenpeace ha exigido al Gobierno de España que se de la negativa a la petrolífera Cairn Energy para la explotación y prospección de cuatro pozos entre las costas de Eivissa y Valencia.
Así, Greenpeace ha informado que entre las zonas que «ser verán más afectadas» están ses Salines de Eivissa y Formentera, donde destaca la presencia del organismo vivo «más grande del mundo», un ejemplar de ocho kilómetros de posidónia oceánica.
Principales riesgos
Sara Pizzinato, de Greenpeace, señala que hay que tener en cuenta que son dos zonas «sometidas a un fuerte estrés por la actividad humana, como la construcción en el litoral». Después, «el turismo y la pesca se verían afectados por la exploración». Finalmente, dice que «se explorará hasta a 1.400 metros de profundidad, y la petrolera British Petrolium (BP) provocó el gran desastre del Golfo de México perforando sólo 100 metros más».
Para la asociación, todo esto genera «una destrucción de las comunidades de fondos y afectan a ecosistemas como la posidónia oceánica, que tiene un «alto valor ecológico porque se consideran los criaderos del Mediterráneo».
En este sentido, Pizzinato ha encontrado un contraste entre lo que pretende proteger el Ministerio de Medio Ambiente cuando realiza estudios sobre los cetáceos de la costa mediterránea, y lo que busca el Ministerio de Industria, que son «las últimas gotas de petróleo en el litoral español».
A demás, estas exploraciones no garantizan que se vaya a encontrar petróleo en España, ya que es un país «pobre en hidrocarburos» y «rico en energías renovables»
Pizzinato señaló que las Illes Balears ya están afectadas por el actual cambio climático. Dice que los «riesgos económicos y medioambientales» de estas exploraciones -que podrían comenzar en 2013- son «demasiado elevados».