Corren malos tiempos para las depuradoras, porque a la falta de fondos del Estado para acometer algunas reformas pendientes en Eivissa se suma la incertidumbre sobre los propios fondos del Govern. De hecho, la Conselleria de Medi Ambient aún está pendiente de confirmar si contará con dinero para poder ejecutar las obras de la depuradora de Sant Josep. En principio, ésta era la única reforma prevista en el presupuesto autonómico en depuración en Eivissa y el anterior Govern inició todos los trámites para la ejecución de las obras. La obra tan solo está pendiente de recibir la declaración de interés general del Consell y la licencia de obras del Ayuntamiento para poder comenzar.
Esta ampliación tenía que costar a las arcas autonómicas 884.290 euros y consistía en ampliar la capacidad para dar servicio a un máximo de población de 2.056 habitantes, en vez de los 875 actuales, aumentando el tratamiento de caudal en un 174%. De esta forma, la planta podrá depurar 411 m3 al día de aguas residuales.
Desde la Conselleria balear de Medi Ambient no quisieron dar demasiada información al respecto y se limitaron a decir que están «pendientes de confirmar la disponibilidad presupuestaria del Govern», ya que se trata de una obra que debe financiar el Ejecutivo autonómico.
Sin dinero de Madrid
Pero no es la única obra que está en entredicho. El conseller balear de Medi Ambient, Biel Company, ya advirtió de que toda la financiación estatal para las depuradoras de Eivissa peligra. En este caso la planta más importante es la nueva de Vila, que se situará en sa Coma. Según detallan desde Medi Ambient, a finales de julio tuvieron una reunión con el secretario de Estado Josep Puxeu y le pidieron que acelerara los trámites para que el proyecto de la depuradora se pueda poner en marcha.
Actualmente está contratada la redacción del anteproyecto por parte del Ministerio y también de la mejora de la red de alcantarillado en alta de Vila, desde el bombeo hasta la depuradora.
Pero no solo peligra la financiación para la de Vila, porque también la de Santa Eulària depende del dinero de Madrid, ya que debía pagarse a través de un convenio con el Ministerio. En este caso, la Conselleria de Medi Ambient indica que se está pendiente de «trámites medioambientales» del Gobierno central, sin especificar nada más. Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària siempre han reclamado el arreglo de esta planta, que ya estaba previsto en el Govern de Matas. Esta inversión fue relegada por el Govern del Pacte, que priorizó la remodelación de la depuradora de Platja d'en Bossa, ya que a veces se producían vertidos al parque natural de ses Salines y provocaba un desagradable olor que llegaba hasta la zona turística de Platja d'en Bossa.
Vila
En el caso de la actual planta de Vila, cuyo funcionamiento no es óptimo, el Govern ha avanzado que tiene previsto poner en marcha los BIOFOR (depuración biológica) «que fueron rehabilitados hace aproximadamente un año».
El PP había denunciado en el Parlament en repetidas ocasiones cuando estaba en la oposición a través de su diputada Virtudes Marí que el agua que vierte al mar la depuradora de Vila está mal depurada y no cumple con los parámetros necesarios.
Esta planta siempre ha ocasionado numerosos problemas de vertidos y olores, por lo que se buscó otra ubicación para ella en sa Coma.
La de Cala Tarida, aún pendiente de Costas
Pese a que la depuradora de Cala Tarida está finalizada desde hace años, no se puede poner en marcha porque todavía no se ha podido construir el emisario que debe verter las aguas depuradas al mar.
Esto se debe a que la Conselleria aún no cuenta con el permiso de Costas para construirlo, un problema que lleva mucho tiempo estancado y sin solucionarse, ya que al parecer implica también a la concesión del puerto de Coralmar de Cala Corral.
Los vecinos de la zona han reclamado en innumerables ocasiones la reanudación de este proyecto y su puesta en marcha efectiva.
Pendientes de expropiar para la interconexión
Otro tema pendiente en cuanto a recursos hídricos en Eivissa es la interconexión de las desaladoras de la Isla, que permitirá proporcionar agua de calidad a núcleos de población donde ésta era ínfima.
El nuevo Govern balear asegura que están pendientes de la expropiación de algunos terrenos donde se ubicarán dos depósitos de agua y de «la redacción de un proyecto modificado para poder finalizar las obras al 100%».