El inicio de esta historia se remonta a 1957 cuando un joven cura, de nombre Luis, llegó a la parroquia de Sant Elm en pleno barrio de la Marina. Corrían años difíciles en España pero el amor y la afición por los belenes de este valenciano pudieron mas que cualquier problema y así vio la luz una tradición que se ha trasladado hasta nuestros días en Vila.
«Mis primeros Nacimientos los vi en Guadasuar, mi pueblo de Valencia, cuando tenía 5 años y las gitanas iban por las calles cambiando alpargatas y ropa vieja por las figuras que llevaban en sus cestas», asegura este párroco con cierto aire de nostalgia, mientras recuerda también que el primer Belén de Sant Elm vio la luz «gracias a unas figuras de barro que compré a Paula Ros, una señora que nos ayudaba en los quehaceres de la casa».
La iniciativa tuvo tanto éxito que al año siguiente don Luis decidió comprar «35 muñequitas de unos 20 centímetros a las que di movimiento y que la gente de la parroquia vistió con trajes hechos por ellos mismos».
Figuras de Valencia
Tras ello se dio paso a una iniciativa mucho más ambiciosa. En el año 1959 se trasladó a Valencia y gracias al dinero aportado por bienhechoras de la parroquia se pudieron comprar 16 figuras que aún se mantienen y que son copias perfectas de las que hacía el maestro murciano Francisco Salzillo. «La cueva del Belén la costeó Juanita Serra, la Anunciación de los pastores compuesta por siete figuras, Pepita Llobet, los tres Reyes Magos, Olimpia Llobet, la imagen de la huida a Egipto, Catalina de Can Cantó, y así varias feligresas más el resto de figuras», recuerda como si fuera ayer don Luis.
No en vano estas figuras son aún a día de hoy las grandes estrellas de un Belén que desde entonces nunca se ha dejado de hacer en Sant Elm y que es el municipal desde el año 2008 «cuando el ayuntamiento decidió recurrir a nosotros para ahorrar gastos tras hacerlo en el paseo de Vara de Rey, en la Plaza del Parque y en el Mercat Vell».
Algo que a don Luis le parece una buena idea porque «así se puede ahorrar el gasto que genera tener una carpa y un vigilante contratado todo el día». Por eso este año desde Sant Elm se ha dado un paso más y como la crisis aprieta, esta Navidad no se ha contratado para montarlo a expertos de Valencia o Murcia sino a una persona de confianza de Don Luis: José Luis Marcos, un experto belenista residente en Eivissa. Y viendo el resultado, se ha acertado de pleno.
Papel arrugado, figuras y musgo natural para un mundo mágico
José Luis Marcos es el encargado de montar el Belén de Eivissa de este año. Este experto belenista, que aprendió a hacer belenes con seis años y ya ha montado en varias ocasiones el de la Residencia Reina Sofía, utilizó papel arrugado para las montañas, musgo y plantas naturales para los bosques y figuras de un realismo asombroso para dar vida a «un mundo mágico que devuelve la alegría a los que se cruzan con él».
El trabajo invisible
Cuando se ve un Belén nadie repara que detrás hay una labor como la de José Luis Marcos, que desde el miércoles lleva colocando las 116 figuras y los decorados que componen el Nacimiento de este año.