El delegado del Gobierno, Ramón Socías, se despidió ayer de los altos cargos de la Administración general del Estado, incluidos los jefes de los Cuerpos de Seguridad, y afirmó que había sido «un orgullo» y «un honor» ocupar ese puesto durante los últimos ocho años.
El delegado del Gobierno afirmó que, contrariamente a lo que cree mucha gente, la Administración no es «un bicho grande sin alma».
«Yo sé que no es así, yo he visto de cerca el alma de la Administración», dijo durante un breve, pero emotivo, discurso que precedió a un brindis.
Socías, médico de profesión y que será relevado próximamente, afirmó que su próximo destino será el centro de salud de Bunyola.
Socías pidió a los altos cargos de la Administración (previsiblemente, algo más de una decena, los puestos más políticos, serán relevados) que hicieran llegar a todos los empleados públicos su «agradecimiento» por el «buen trabajo» realizado estos años.
Atentado
Socías tuvo un recuerdo especial para los dos guardias civiles asesinados en Palma Nova, en el último atentado con muertos de ETA.
También aludió a la difícil situación económica y al hecho de que sea la función pública la principal receptora de los recortes «aprobados por los distintos gobiernos».