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Fiebre por la segunda mano

Debido a la crisis cada vez son más los ibicencos que acuden a lugares donde hay productos ya usados con un precio sensiblemente más bajo que los nuevos

El mercadillo de Sant Jordi estaba ayer por la mañana lleno hasta arriba.

| Eivissa |

La fiebre por la segunda mano sigue extendiéndose por Eivissa a todo ritmo debido a la acuciante crisis económica. Una buena prueba de ello es la gran afluencia de público que acudió ayer al mercadillo de Sant Jordi en busca de algo que comprar entre la multitud de puestos en los que se ofrecen productos de todo tipo.

Hay desde antigüedades hasta vajillas, pasando por máquinas de fotografía, videojuegos, gafas de sol, pulseras, collares u objetos de artesanía traídos de países lejanos. Sin embargo, los que más triunfan en los tiempos que corren son los de ropa, bolsos o productos de marroquinería.

«Si puedo intento venir una vez al mes porque siempre encuentras algo que está bien, y aunque está usado, lo lavo y me suele servir», aseguraba la francesa Juliette, mientras miraba un puesto de chaquetas de punto, sudaderas y camisetas.

Precisamente ésta es una de las ventajas que encuentran muchos de los que acuden a Sant Jordi todos los sábados: «Hay de todo y a precios mucho más baratos que en cualquier tienda», afirmaba Lucía, una joven que acompañada de su perro echaba un vistazo a unas camisetas que descansaban junto a unos bikinis.

Sin embargo los vendedores aseguran que también han notado la crisis. Juan Carlos, dueño de un puesto con platos, tazas y objetos de cerámica, aseguraba que «cada vez viene más gente que pasa aquí la mañana, mira mucho y compra poco», mientras que Ariel, un argentino que tenía un puesto a su lado aseguraba, entre risas, que «la gente cada vez se lo piensa más y así muchos días te vuelves a casa sin haber vendido nada».

Mercadillo sin dinero

Algo que no sucedió en el ‘Mercadillo sin Dinero' que organizó durante todo el día de ayer en la Plaza del Parque de Vila la asociación Ibiza Toma La Plaza 15M.

Era su segunda edición, tras celebrarse la primera en diciembre y tras tenerse que suspender la anterior por el mal tiempo, y aunque a muchos de los que acudieron a verlo no les acababa de cuadrar lo que estaban viendo todos los productos se regalaban. «¿Has visto ese abrigo?, si es de marca y hasta tiene la etiqueta todavía puesta», aseguraba una de las visitantes que no acaba de salir de su asombro ante uno de los puestos. «¿De verdad que me lo puedo llevar sin pagar nada?», consultaba otra, un poco intrigada, y pensando que tal vez hubiera ‘gato encerrado' en el asunto.

Sin embargo, según los miembros de la plataforma organizadora, la iniciativa sólo pretende «convertirse en un lugar de encuentro para todos los vecinos y dar un golpe al consumismo demostrando que se puede poner en marcha un mercadillo cuyos productos sean totalmente gratuitos».

Algo que sólo puede ser posible si se cuenta con la participación y el apoyo inestimable de particulares o de empresas que donen todo aquello que ya no van a usar. De momento, y por lo visto ayer, muchos fueron los que se animaron a traer esa prenda de ropa que ya no se ponen, esos libros que ya leyeron y que se acumulan en las librerías o esas películas que se hartaron de ver. «Está abierto a todo tipo de productos que no se usen y que puedan ser útiles a otras personas que no tienen dinero para poder pagarlas», afirmaban desde la plataforma, mientras aseguraban que «hasta un bar cercano ha donado ceniceros, platos y otros objetos que tenían guardados en su almacén».

Una vuelta de tuerca más al negocio de la segunda mano y una nueva ayuda en tiempos de crisis como estos para muchas personas que no se pueden permitir comprar algo nuevo o que, simplemente, no pueden ni siquiera comprar.

No sólo mercadillos, sino tambien tiendas por toda la Isla

El interés por los productos de segunda mano no sólo se extiende por los distintos mercadillos como el de Sant Jordi o el de Cala Llenya, sino que cada vez son más las tiendas que apuestan por ofrecer estos productos, bien comprándoselos a sus dueños u obteniéndolos en depósito.

Dos buenos ejemplos de ellos son Ibiza Troc, una nave enorme en la carretera de Santa Gertrudis, donde se puede encontrar desde ropa hasta máquinas de coser, ordenadores, televisores, bicicletas, aparatos de gimnasia, libros, muebles, lámparas y hasta guitarras y barcas hinchables, e Iconic Showroom, una tienda en Vila, donde se puede comprar todo tipo de ropa, bolsos y complementos de segunda mano y de primeras marcas perfectas para acudir a algún evento destacado

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