El vicepresidente económico, Josep Ignasi Aguiló, aprovechó ayer una de sus respuestas en el Parlament para reabrir un debate que todos los gobiernos autonómicos, desde la época de Cañellas, han puesto sobre la mesa alguna vez: la necesidad de cambiar el sistema de financiación.
Aguiló no dio demasiadas pistas; se limitó a señalar que debería «atender a la insularidad», un ‘clásico' de todos los gobiernos desde 1983, y que «sea más justo y nos deje en la media» de las comunidades autónomas.
Las declaraciones de Aguiló sorprendieron a la oposición: al PSOE porque mantiene que el sistema aprobado por el Gobierno de Zapatero es «el mejor de la historia». «Reclame lo que debe y evitaría subir impuestos», le dijo Armengol. Biel Barceló (PSM) aprovecho una pregunta al president balear para decir que mientras siga el «expolio fiscal», Balears tendrá poco que hacer.
Sólo es humo
Según Aguiló, el sistema actual es «oscuro» y da al Gobierno central mucha discrecionalidad a la hora de decidir cuánto aporta a Balears, lo que el PSOE negó.
Para la oposición, esa propuesta sólo es humo para no concretar nada. Aguiló dijo que no piensa en más recortes sino en «reestructurar» la Administración. Pero se negó a dar pistas sobre dónde va a reestructurar.