La Comisión Ejecutiva del Partit Socialista de les Illes Balears (PSIB-PSOE) anuló en su reunión de ayer por la tarde en Palma el segundo Congreso de la Federación Socialista de Eivissa (FSE-PSOE) al estimar la impugnación presentada por los delegados de la candidatura del sector oficialista/renovador, encabezada por Vicent Torres, contra la votación que dio como vencedor a su oponente, Pedro Campillo, de la corriente crítica.
La comisión considera «probadas las irregularidades» denunciadas por los oficialistas, «principalmente en la actuación de la Mesa del Congreso, que suponen la ausencia de las debidas garantías en un proceso tan importante cómo es la elección del secretario general y de la nueva directiva».
«La ausencia de estas garantías creó indefensión, una situación especialmente relevante porque condicionó -e incluso pudo ser alterado- el resultado de la elección del nuevo secretario general, que resultó ganador por sólo un voto», informó el partido.
«El PSIB-PSOE, como responsable de velar por el correcto desarrollo de los procesos congresuales en Balears y de garantizar los derechos de la militancia, ha considerado que en Eivissa carecieron de las condiciones para considerar válido este congreso», informó el partido, que destacó que la comisión ejecutiva balear «es el órgano competente para resolver esta impugnación en primera instancia».
Anulación sin dilación
Asimismo, destacó que para tomar esta decisión, recabó información «de la Mesa del Congreso, de la Comisión de Credenciales, de la Comisión Electoral y de los principales implicados» en el congreso, y que «después de analizar las alegaciones, los informes y documentos recibidos» decidió anularlo «sin más dilación», así como todos «los acuerdos derivados de las votaciones celebradas en el mismo».
La Ejecutiva de Balears también propuso a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE la creación de una Comisión Gestora, «de la forma más rápida posible», para la Federación Socialista de Eivissa para dirigir el partido «hasta que se pueda celebrar otro congreso con todas las garantías». De hecho, desde el PSIB apuntan que es competencia de Ferraz aprobar esta gestora.
Por su parte, el hasta ayer nuevo secretario general del partido, Pedro Campillo, aseguró que no le sorprendió la decisión de la ejecutiva del PSIB. «Ya lo esperábamos, y aún más sabiendo cómo funcionan y quiénes son», destacó Campillo, en referencia a que en la ejecutiva están integrados Xico Tarrés, Josep Marí Ribas Agustinet, Lurdes Costa, Pilar Costa y Lucía Prats del sector oficialista, y está presidida por la secretaria general del PSIB, Francina Armengol, también cercana a esta corriente.
Aún así, Campillo declinó hacer más declaraciones y valoraciones al respecto a la espera de leer detenidamente la resolución del PSIB.
La portavoz del sector renovador/oficialista, Silvia Limones, apuntó que desde esta corriente se «acataría la resolución que dictaminasen los órganos superiores». Limones señaló que en el momento que tengan toda la información realizarán una valoración y recordó que impugnaron el Congreso «porque consideramos que había una serie de irregularidades en la decisión de la Mesa y la hicimos para que se resolviera».
Esta impugnación se debe a que el pasado sábado, el primer día de Congreso de la FSE, se sustituyó a uno de los delegados de la corriente crítica que renunció y la Mesa del Congreso no quiso aceptar que se sustituyera por la siguiente persona de la lista, María Ripoll, también del sector crítico y cuñada de Antonio Roldán. Los de Pedro Campillo recurrieron esta decisión alegando que en el congresillo los renovadores habían podido sustituir a sus delegados sin problemas. Entonces fue cuando la Mesa volvió a deliberar y se dejó votar a esta delegada que fue la que inclinó la balanza y conformó el voto número 34 frente a los 33 obtenidos por Vicent Torres.
Campillo alegó que «el congreso se había desarrollado con normalidad»
Pedro Campillo había presentado el martes alegaciones al recurso de impugnación de los miembros de la candidatura de Vicent Torres. Según explicó ayer por la mañana, antes de conocer la decisión del PSIB que anula el congreso, Campillo trasladó a la comisión ejecutiva del partido cómo lo vivió, sobre todo en lo que respecta a su participación. «Éramos unos delegados que participaban en el congreso y no formamos parte de la organización. Éramos como los demás», agregó Campillo, que explicó que la mesa fue «soberana, independiente y autónoma para tomar sus decisiones en el congreso».
Campillo había solicitado al PSIB que no admitiera la impugnación presentada por el sector oficialista porque, según argumentó, «el congreso se había desarrollado con total normalidad y sin ninguna alteración estatutaria».