El diputado 'popular' Antoni Pastor ha señalado que no podía votar por el «desprestigio de Baleares» y, por eso, ha roto la disciplina de partido votando a favor de la enmienda del PSM-IV-ExM y absteniéndose en la del PSIB-PSOE, ambas contrarias a la Ley de Función Pública. Así, ha dicho que no es un día ni «cómodo ni feliz» para él.
Este martes, en los pasillos del Parlament, el también alcalde de Manacor, ha dicho que se atiene a las consecuencias, porque considera que con la modificación de dicha Ley se «rompe la paz social y la estabilidad lingüística» de la Comunidad establecido en 1986.
Pastor ha avanzado que si en la tramitación de la Ley hay consenso parlamentario, «sea cual sea el resultado» votará a favor. A renglón seguido, ha asegurado que en su programa electoral no había ningún punto que hiciera referencia a que el catalán se convertiría en un mérito en vez de un requisito.
El 'popular' ha remarcado que la Ley fue aprobada por un presidente de su partido y no se ha planteado la posibilidad de «abandonar el escaño». Pastor ha defendido que todos los estudiantes de las Islas «terminaban sus estudios con un certificado de catalán lo que suponía -según ha añadido- una discriminación positiva».
En este sentido, ha agregado que no tiene «ningún problema con el castellano», que es el idioma que habla con su pareja. «Los temas lingüísticos están por encima de los partidos políticos y de la ideología, porque es lo que da cohesión social», ha asegurado.
Además, ha asegurado no sentirse sólo «porque hay mucha gente en la calle» que piensa como él, independientemente de su afinidad política. Asimismo, ha asegurado que dentro del partido «se han portado de manera extraordinaria», por lo que ha manifestado «un gran respeto» por sus compañeros.
El alcalde de Manacor ha dicho que le pone «triste» y cree que es un «camino equivocado» que «una sociedad como la nuestra esté dividida por un tema lingüístico», «cuando lo que más necesitamos los ciudadanos es complicidad y cohesión social».