El Parlament aprobó ayer la Ley de Turismo que permite agilizar los trámites para cambiar los usos de establecimientos ya existentes e impulsar proyectos nuevos. La ley, impulsada por Carlos Delgado y que tiene el apoyo del sector hotelero, fue criticada por PSIB y PSM-Iniciativa-Verds, aunque este partido optó por abstenerse a la mayoría del articulado.
El texto también fue criticado por el GOB. La portavoz del grupo ecologista, Margalida Ramis, siguió la sesión desde la tribuna y advirtió que es «una ley a la carta de los intereses turísticos».
Con la nueva normativa se regula la reconversión de los establecimientos turísticos obsoletos en otros usos no turísticos, que es precisamente uno de los aspectos del articulado más criticados por la oposición, que apunta a que con este cambio de usos se aumentará el número de plazas turísticas disponibles en la actualidad en el mercado y se propiciará un mayor consumo del territorio.
Con todo, la ley turística fomenta la rehabilitación de edificios y su reconversión y permite que las posesiones ubicadas en cualquier suelo se destinen a turismo rural «con el objetivo de recuperar patrimonio y diversidad de oferta».
Por su parte, el PSIB considera que es una normativa «desfasada» que lleva a Balears al modelo turístico de los «años 60».