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El patrimonio hace aguas

La Joven María, un barco propiedad del Consell y construido en 1918, está semihundida en el puerto de Vila

El barco se encuentra en el muelle de pescadores del puerto de Vila y se espera que sea reflotado esta misma semana.

| Eivissa |

La Joven María, un barco de pesca que data del año 1918 y que forma parte del patrimonio histórico y cultural del Consell, se encuentra semihundida en el muelle de pescadores del puerto de Vila, tras haberse abierto una vía de agua en su casco de madera y haber fallado la bomba de achique que se colocó el viernes cuando empezó a entrar agua por una grieta.

La embarcación, una barca de bou, es propiedad de la máxima institución insular desde el año 2006, cuando fue cedida por dos pescadores ibicencos junto a otro barco de pesca, el Bartolomé, para que ambas fueran restauradas con el fin de que pudieran destinarse al Centro de Interpretación del Mar de Sant Antoni. El objetivo era que fueran recuperadas para la navegación y dedicarlas a fines turísticos y culturales. Por ello, en 2009 se firmó un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Sant Antoni y la Asociación Marítimocultural de Eivissa, para que se encargara de su restauración. La reconstrucción del Bartolomé ya finalizó, ahora se está a la espera de un motor y de los permisos pertinentes para reflotarlo, pero para la Joven María no ha llegado el dinero. «Es una víctima de la crisis», explica Toni Sendic, de la Asociación Marítimocultural, que lamenta las condiciones en las que se encuentra actualmente el barco. «Es una pena que esté así, pero esperemos que llegue el dinero para restaurarlo, aunque ahora mismo es difícil», afirma Sendic, quien asegura que la Joven María está en mejor estado de lo que estaba el Bartolomé cuando iniciaron su restauración. Sendic calcula que «más o menos con 50.000 euros» se podría restaurar perfectamente el barco.

Poco mantenimiento

La Joven María lleva dos años sin ir a varadero y desde entonces apenas se le han podido hacer unas mínimas labores de mantenimiento, aunque desde la Asociación Marítimocultural aseguran que su estado «no es malo» y que es mejor que esté en el agua, que no fuera, en el exterior, castigado por el sol. «No es una buena imagen que el barco esté así, pero estoy convencido de que no se va a perder», confía Sendic.

Ahora, se está a la espera de que sea reflotado por una grúa para ser trasladado a un lugar por determinar (podría ser sa Coma), pero la falta de una plataforma que pueda llevar un barco de estas dimensiones puede retrasar su rescate al miércoles o al jueves. Se da la circunstancia que la plataforma que debe realizar este trabajo se encuentra en Córdoba con la avioneta del Ibanat que sufrió un aterrizaje de emergencia la pasada semana.

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