Los partidos de la oposición se lanzaron ayer en tromba contra la norma que prepara el Govern para impedir que se cuelguen lazos a favor del catalán en los colegios.
Aunque la nueva normativa no aludirá expresamente a la simbología de los lazos, tanto para Cristina Rita (PSIB) como para Antoni Alorda (PSM) la intencionalidad es clara. Alorda ve en la medida un ejemplo de «represión» contra la comunidad educativa. Para Rita «queda al descubierto el verdadero rostro del PP».
Sólo el portavoz del PP balear, Miquel Ramis, echó un capote al conseller Bosch. Afirmó que los colegios son edificios públicos en los que «determinadas manifestaciones» que no representan «la visión de toda la sociedad» están prohibidas.
Visiones
Muy distinta es la visión del PSIB y del PSM. Para Rita «cada medida que toma la Conselleria d'Educación es una paso atrás y una medida ideológica». La diputada socialista, que es la que se ocupa de los asuntos que tienen que ver con el área que dirige Bosch, entiende que «hay problemas mucho más importantes de los que ahora mismo tendría que estar ocupándose el Ejecutivo». Afirmó que se avecina un inicio de curso difícil y que el conseller parece estar mirando a otro lado. También abogó por pactar el modelo y dejarse de otras cuestiones «ideológicas».
Alorda, del PSM, instó al conseller a que «fomente el diálogo y abandone la estrategia de confrontación».
Alorda censuró, además, que el anuncio sobre la regulación por la ley de la prohibición de exhibir determinados símbolos «se produce justo al día siguiente de advertir que la Conselleria aplicaría las medidas penales previstas por incumplir la obligatoriedad de los padres de escolarizar a quienes participen de la acción ‘Así mi hijo no empieza'».