Medio centenar de personas participaron ayer en la concentración convocada por el movimiento Ibiza toma la Plaza (15-M) en el Parque de la Paz, y se sumaron a la cacerolada global que bajo el título ¡No debemos, no pagamos! mostró su rechazo en ciudades de todo el mundo «al pago de una deuda ilegítima que no ha beneficiado a la población y que sirve como mecanismo de opresión de personas y estados enteros». «Salimos a decirles que no aceptamos pagar su deuda, no a los recortes en sanidad, educación, prestaciones sociales y protección ambiental, no a las privatizaciones, no a las reformas laborales y el desempleo, no a los privilegios económicos, no a la especulación con la vivienda», destacaba la convocatoria de la cacerolada.
Además del ruido, durante la concentración se leyó el manifiesto de la jornada que recordó que «la deuda ha sido acumulada tras años y años de prácticas bancarias y empresariales especulativas, que enriquecieron a quienes las promovieron, y arruinaron al resto».