Huelgas generales, protestas puntuales en diferentes sectores y manifestaciones que prenden en las principales ciudades y que se extienden al resto del país. La ciudadanía emplea diferentes métodos para mostrar su disconformidad frente a las políticas de los gobernantes y, en los últimos años, las protestas se han convertido en un paisaje habitual en España. A favor o en contra de las convocatorias de huelga, es el dilema que se le ha planteado a la gente de la calle. ¿Cree que son necesarias y eficaces en el contexto actual? Las respuestas se han repartido de manera bastante ecuánime entre el sí y el no. Aunque la mayoría coincide en que «algo hay que hacer» para variar el rumbo actual, son muchos los que a la hora de la verdad no salen a la calle por miedo a perder su puesto de trabajo, porque las cuentas a final de mes no salen si les descuentan la parte proporcional de un día de salario o, simplemente, porque considera que no va a servir para nada, que es una pérdida de tiempo.
El próximo 14 de noviembre está convocado un paro general en España coincidiendo con la jornada de movilización en toda la UE acordada por la Confederación Europea de Sindicatos. Será la séptima huelga de 24 horas de la historia de España y la tercera que se convoca a un gobierno del Partido Popular. De la anterior no hace tanto, siete meses han transcurrido desde el último paro convocado en España. Una jornada, la del 29 de marzo que pretendía echar atrás la reforma laboral, objetivo que no se consiguió. En Eivissa la gente también ha salido a la calle para defender sectores más concretos como la Educación o la Sanidad tras los últimos recortes. La última protesta se convocó entre el sector educativos esta misma semana. Padres, profesores y alumnos mostraron su oposición ante los recientes recortes y también ante la nueva Ley de Mejora de la Calidad Educativa que prepara el ministro José Ignacio Wert.