La modificación de la ordenanza municipal de Medio Ambiente de Vila entró esta semana en vigor con motivo de su publicación en el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB). A partir de ahora, la sanción por no recoger los excrementos de animales de la vía pública podrá costar el doble ya que una infracción que hasta ahora estaba tipificada como leve y podía tener una sanción de un máximo de 750 euros, está calificada como grave y puede suponer un desembolso de entre 750 y 1.500 euros.
Es el único cambio que el a equipo de gobierno hizo a la normativa medioambiental con el objetivo de castigar esta conducta incívica. El concejal de Medio Ambiente, Juan Mayans, aseguró ayer que «las quejas que más entran al Ayuntamiento son por los excrementos de perros», un tipo de suciedad que «hay que intentar evitar o erradicar de alguna manera». «Y si no es por las buenas tendrá que ser mediante la sanción», agregó.
Bolsas para congelar
Según el edil, aunque también hay quejas de que los expendedores de bolsas para recoger las heces caninas están vacíos, cuando el Consistorio las repone, «mucha gente las arranca, se las lleva a su casa y las utiliza, nos han dicho, para congelar». «Estas bolsas al ser pequeñas se ve que van bien para congelar», aseguró Mayans, que indicó que «no dejan de ser bolsas, pequeñas, limpias y normales» y que, aunque «son para otro uso, la gente se las lleva para eso». «¿Qué ocurre?, que el Ayuntamiento las pone como un guiño o una facilidad para los propietarios de mascotas, pero no tiene la obligación. Quiero decir que una persona que va por la calle tiene que llevar sus bolsas o comprarlas, pero es que aquí la gente está muy mal acostumbrada en muchas cosas», agregó el concejal.
Mayans calculó que el año pasado el Consistorio gastó unos 15.000 euros en bolsas para excrementos de perros y explicó que a lo largo de 2011 se interpusieron alrededor de 40 multas a propietarios de mascotas por no recoger las heces.
Asimismo, según anunció, también se modificará la ordenanza de tenencia de animales domésticos para mejorar su «protección y cuidado».
Esta vez, según indicó, se estudia que la Policía Local pueda actuar en aquellos casos en que «los perros que están en terrazas de diez por diez, casi casi como en un zulo». «Esto ocurre mucho y ahora no hay armas para evitar que haya perros en condiciones lamentables», concluyó.