Catalina Torres Boned, vecina de Santa Gertrudis, celebró ayer su 106 cumpleaños rodeada de familiares y amigos y con una visita de excepción, la del alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, que acompañado por otros miembros de la corporación municipal se acercaron a ver a esta vecina, que se ha convertido ya en la persona más anciana de toda Balears.
Desde el Ayuntamiento le hicieron entrega varios regalos, entre ellos una cesta de Navidad con dulces y licores, entre otros productos.
Catalina Torres nació el 23 de diciembre de 1906 en Can Riera de sa Plana. Ha tenido dos hijos y cinco hijas, además de muchos nietos y bisnietos.
Según destacaron ayer quienes acudieron a felicitarla, todavía está muy lúcida y sólo una inoportuna caída, así como una habitual sordera, le impiden hacer vida normal.
Durante su charla con el alcalde de Santa Eulària, la protagonista de la celebración ha considerado que, a pesar de la crisis, «en Eivissa nadie se muere de hambre y la gente joven, en vez de cuidar ovejas desde pequeños, ahora pueden tener estudios y hacer carrera».
«En Eivissa se vive muy bien, pero también es verdad que hay mucha gente que vive bien sin trabajar, aunque si lo hacen es porque alguien trabaja por ellos y esta persona no lo tiene tan bien», ha sentenciado.