Las asociaciones sociosanitarias vivieron el año pasado doce meses de «amargura e incertidumbre» por la falta de subvenciones y el retraso del pago de las mismas. Este año, además, se enfrentan a un recorte del 15% en las subvenciones que concede el Consell.
Particulares que pagan facturas de luz y agua, un calendario de servicios que se acorta en el tiempo y, sobre todo, imaginación para organizar eventos y buscar colaboraciones privadas han ayudado a que muchas de estas asociaciones no tengan que echar el cierre por falta de recursos. «Nosotros cubrimos un servicio que la administración, aún teniendo recursos, no sabe atender del todo», señala María Fournier, presidenta de Deforsam.
La Plataforma Sociosanitaria, integrada por 16 entidades, decidirá su futuro este mes de enero tras acabar «un año completamente para olvidar». «Hemos tenido que luchar mucho para poder llegar a diciembre y la verdad es que no sabemos cuál será nuestro futuro. Creo que el año pasado fue el de las promesas incumplidas tanto por parte del Govern como por parte del Consell, mientras que los ayuntamientos sí han respondido», explica la presidenta de esta plataforma, quien asegura que gracias a las aportaciones particulares (en muchas ocasiones de los familiares de quienes acuden a tomar los servicios de la plataforma), las de empresas privadas y la organización de eventos han podido «salir un poco hacia adelante aunque sea para pagar las nóminas».