Cables de luz atravesando las calles, graffitis en las paredes, hierbajos en la muralla de Dalt Vila, pasos de peatones que no se ven, baches en las carreteras, maceteras sin cuidar, cajas de luz de aluminio en las fachadas y tuberías al descubierto son algunos de los detalles que la Asociación de Comerciantes de la Marina remitió el año pasado en un dossier explicativo con fotos demostrando sus quejas al Ayuntamiento de Eivissa. De hecho, en mayo de 2012 consiguieron concertar una cita con la alcaldesa, Marienna Sánchez-Jáuregui, pero finalmente «no acudió». También en abril del año pasado se reunieron con la concejala de Cultura y Patrimonio, Lina Sansano, para transmitirle sus quejas y, un año después, «nos encontramos con el folleto informativo de Eivissa, cara guapa! mediante el cual nos instan a cumplir las normas del PEPRI cuando el barrio tiene otros problemas», explicó Ramón Cabello, presidente de esta asociación de comerciantes, quien explicó que existía una «indignación general» entre los asociados por esta nueva campaña informativa.
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