La controversia generada por los posibles conciertos en el hipódromo de Sant Rafel, organizados por la Societat de Trot Eivissenc y el DC10, concluye finalmente con un ‘no' «irrevocable» por parte del Consell d'Eivissa, que es quien debe autorizar la actividad, debido a la «mayoritaria» oposición vecinal, tal y como explicó el conseller de Treball, Comerç, Indústria i Noves Tecnologies, Vicent Roig. Con estos conciertos, la sociedad de trote buscaba obtener ingresos para continuar con su actividad.
«Nos reunimos el miércoles con la Societat del Trot para comunicarles que nos hemos visto con muchísimos vecinos preocupados por estos conciertos, tanto de la zona rural como de la zona centro, y finalmente, aunque haya una corriente vecinal que sí que lo ve con buenos ojos, hemos decidido que no los autorizaremos», explicó Roig, quien afirmó que desde un principio la asociación conocía «que se contaría siempre con la opinión y el punto de vista de los vecinos para tomar una decisión así». Este periódico intentó sin éxito ponerse en contacto con los caballistas para conocer qué harán ahora para buscar financiación.
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