Tania, Alegría, León, Campero, Thunderbird, tuvieron un pasado brillante como caballos trotones. Incluso, este último, llegó a ser campeón balear de trote. Sin embargo, aquellos tiempos ya han quedado lejos y todos ellos estuvieron a punto de fallecer de manera prematura.
Afortunadamente ahora pastan tranquilamente y de forma relajada en una finca en la carretera de Eivissa a Sant Joan. Todo ello gracias a Can Horse, una iniciativa puesta en marcha hace unos meses por Gloria Geseri y Celina Sales y que ayer tuvo su puesta de largo.
«Todo comenzó cuando descubrimos como se explota a los caballos trotones cuando están en competición y como, cuando ya no valen, se les manda directamente al matadero sin darles ninguna oportunidad», explica Gloria Geseri, presidenta de Can Horse.
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