La Autoritat Portuària de Balears (APB) comenzaba ayer, lunes 1 de julio, la retirada de las barreras de metacrilato que separaban el muelle de Llevant del paseo marítimo por motivos de seguridad. Desde ayer mismo, el barrio de la Marina vuelve a disfrutar de una parte del puerto que llevaba años cercada. Los barcos que operaban hasta estos días se trasladan al muelle de es Botafoc.
La retirada de las vallas que impedían el acceso a un punto emblemático de la bahía deja diferentes sabores de boca entre los ciudadanos de Eivissa.
La mayoría predice la llegada de un periodo de incertidumbre para todos hasta que ambos muelles estén funcionando con normalidad. Destaca la negatividad de comerciantes y hosteleros, que auguran pérdidas de clientela con el cambio, y son muchos los que prefieren quedarse con el puerto «de toda la vida». Sin embargo, otros miembros de estos sectores creen que la retirada de las barreras puede beneficiar a sus negocios, ya que la gente se sentirá atraída por las nuevas posibilidades del muelle.
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