A punto de cumplirse un mes de la puesta en marcha de la nueva estación de buses de Vila, el colectivo de conductores de autobús de las líneas regulares de Eivissa se une para mostrar su «preocupación» y disconformidad con el Cetis.
En una carta, los representantes de los trabajadores de Voramar el Gaucho, Autobuses San Antonio y H.F. Vilás aseguran que el «poco espacio que dispone la estación es preocupante». «Las maniobras tienen que hacerse lentamente y casi no hay margen de error. O entras perfecto en los cambios de dirección o las rectificaciones te llevan a subirte en los bordillos o maniobrar marcha atrás si no quieres rozar paredes con los retrovisores o las esquinas de los buses», explicaron. En este sentido destacaron que la concesionaria ha redondeado los bordillos para evitar el desgaste de las ruedas de los buses y que éstos se suban a la acera, pero advirtieron: «Los bordillos se pueden rectificar un poco, pero los pilares y las paredes son inamovibles». Destacaron también el calor de la estación y el aumento del ruido, si bien reconocieron la «necesidad, ciertamente real, de una nueva estación de autobuses en Eivissa».