os ánimos entre los empresarios de autobuses y la sociedad que gestiona la nueva estación Cetis están más caldeados que nunca ahora que se cumple un mes de su entrada en funcionamiento.
Buen ejemplo de ello es que la patronal Ibizabus envió ayer un comunicado en el que confió en que la Justicia «sea rápida y acabe por poner a cada uno en su lugar, a los autobuses en una estación de verdad y a los que han permitido todo esto en la cárcel». «Se ha permitido por parte de los técnicos y políticos del Ayuntamiento que una sociedad privada invada competencias y obligue a los servicios públicos a utilizar unas instalaciones con el único objetivo de otorgar desmesurados beneficios a dicha empresa», criticó Ibizabus. «¿Por qué han creído justificado permitir un enriquecimiento desorbitado a la sociedad privada Cetis a costa de todos los ibicencos?», añadieron.
Los empresarios de autobús, que calificaron de «agujero» la estación, dijeron que es «absolutamente falso» que los conductores invadieran el carril de la primera ronda o subieran las ruedas a las aceras por falta de pericia. La prueba es, según Ibizabus, que Cetis ha estado realizando obras «a toda prisa, con nocturnidad y alevosía para ampliar el espacio de maniobra».
Los empresarios también aseguraron que es mentira que un bus de Voramar el Gaucho se quedara atascado en la rampa al salir con el freno de emergencia conectado y señalaron que la avería se produjo por un sensor de puerta cuando el vehículo ascendió por la «rampa de esa curva de 90 grados tan bien diseñada». Indicaron que por suerte se pudo solventar el problema en cinco minutos porque sus mecánicos estaban cerca. Recordaron además, que mientras estuvo el bus averiado la entrada y salida (que es la misma) quedó «completamente bloqueada» y advirtieron de lo que podría pasar en caso de una avería más grave. Este bloqueo provocó retrasos que se sumaron, según Ibizabus, a los que ya hay desde que está en marcha el Cetis.