Pendientes del jurado. El tribunal popular que decidirá si Matas cometió un delito de cohecho quedó aislado ayer por la tarde tras escuchar las conclusiones de las partes y la última palabra del expresident. En ella, Matas insistió en que se limitó a pedir un trabajo para su mujer a un amigo: «No creía que cometía un error. Me podía haber equivocado yendo a otra persona». Además añadió que tiene la «conciencia tranquila» porque tras años de investigación no se ha demostrado que se haya llevado un euro de dinero público y añadió que «el 95 por ciento de lo que me han acusado se ha demostrado que no se correspondía con la realidad».
Antes, el fiscal, Pedro Horrach había defendido su petición de una multa de 9.000 euros para el expresident. Mantiene que Matas pidió un regalo en forma de 3.000 euros mensuales al hotelero Miquel Ramis. «Entre ciudadanos corrientes no tendría más relevancia, pero quien pedía era el presidente del Govern», afirmó.
El ministerio público cuestiona los dos argumentos de la defensa: que Matas fuera amigo de Ramis y que Areal realizara un trabajo efectivo. «¿Ustedes creen que un empresario de éxito no sabe lo que hacen sus empleados, máxime cuando es la persona que se encarga de la imagen de sus empresas? ¡Venga hombre!», dijo Horrach. También cuestionó que esa amistad fuera tan íntima cuando en 2010 Ramis declaró que llevaba tres años sin ver a Matas. Otro de los argumentos del fiscal es el «secretismo» con el que Areal desempeñó su labor: «La contratan para ser imagen de un gran grupo y no lo sabía nadie. Suena a broma de mal gusto». También acusó a Matas y Areal de mentir en el juicio.
Insultos
El abogado defensor, Miquel Arbona, insistió en rebajar los hechos y desvincularlos de la crisis económica. Se apoyó en las testificales que abundaban en la amistad de Matas y Ramis y planteó: «¿Por qué tienen que mentir? ¿Qué poder tiene ahora el señor Matas? Si el señor Matas va por la calle y le insultan».
La tesis defensiva también negó que, aunque fuera cierto lo que sostiene el fiscal exista un delito. Se apoya en que a Matas se le acusa de un delito que ha sido modificado con posterioridad y que, antes sólo admitía una pena para el que aceptaba un regalo, no para quien lo solicitaba.