A pesar de registrar las mejores temporadas de verano en cuanto a llegadas de turistas, Balears no consigue atraer visitantes en invierno. Durante los meses de enero y febrero de este año visitaron las Islas 190.153 turistas internacionales, hasta un 50 por ciento menos que en el mismo período de 2008, cuando llegaron 382.836 extranjeros. Desde entonces, en los meses de invierno, el turismo internacional ha caído año tras año en Balears, según la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) difundida por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que ayer publicó los datos de febrero.
En concreto, el mes pasado la comunidad recibió 102.325 turistas internacionales, lo que supone un 15,3 % menos que en febrero del año anterior. En cambio, España consiguió un incrementó del 11,2 por ciento ya que la principales comunidades turística -excepto Balears- registraron aumentos de visitantes extranjeros.
Asignatura pendiente
Combatir la estacionalidad es la asignatura pendiente de Balears, cuyo principal producto es la oferta de sol y playa. La palabra desestacionalización se ha convertido en un clásico y a la vez en un tópico en el lenguaje de agentes sociales, económicos y políticos de las Islas.
El objetivo es alargar la temporada hasta, al menos, ocho meses, para que los trabajadores del sector puedan cotizar el mayor tiempo posible a la Seguridad Social. Uno de los principales inconvenientes de la estacionalidad de la economía balear es la repercusión que supone para el mercado laboral, ya que en los últimos años muchos trabajadores no cotizaban el tiempo necesario para cobrar el paro.
De cara al verano de este año las previsiones son buenas ya que se prevé superar las cifras del año pasado. El inicio de la temporada coincide con la Semana Santa, que comienza a mediados de abril, con perspectivas optimistas por parte de los hoteleros.