El vial que une las rotondas de Cas Mut y de Can Cifre se ha convertido en un escaparate ilegal de coches de segunda mano. Una práctica que, además de estar prohibida por ley, resulta una competencia desleal que algunos concesionarios denuncian desde hace tiempo. En la zona, que los vendedores utilizan desde hace semanas, se pueden llegar a ver unos quince coches expuestos con sus características y un teléfono de contacto, como si de un concesionario se tratara.
De entre todos los vehículos expuestos, llama la atención dos muy juntos en los que además coincide el teléfono de contacto y el nombre del vendedor. Se trata de Miquel, un hombre que trae los coches desde Barcelona con la intención de venderlos en Eivissa. «Aunque tengan unos años, en la isla no se encuentran en este estado.