El director general de Ports y Aeroports del Govern balear, Antonio Deudero, admitió ayer que el catamarán Passion Cat, desde el que el lunes por la tarde se lanzó al mar durante una fiesta a bordo el turista polaco Przem Ysla Jarema, de 36 años de edad, que murió ahogado, no tenía toda la documentación en regla para poder navegar. De hecho, el mismo martes, desde la Comandancia de la Guardia Civil, informaron de que el jefe del Servicio Marítimo del instituto armado en Balears viajó a Eivissa y, tras entrevistarse con el capitán del barco, inmovilizó la embarcación por «una infracción administrativa leve», ya que tenía caducado desde «hace unos diez días» el despacho de Capitanía Marítima para poder navegar.
Desde Capitanía Marítima explicaron que el mismo martes el capitán renovó ese despacho y, en consecuencia, la embarcación quedó listo para continuar con sus actividades en el mar.
Ayer, en declaraciones a Europa Press, Durero manifestó que el Govern ha optado por la apertura de un expediente informativo a la embarcación porque todo indica que podría tener caducado el despacho del propio barco, que habría expirado el 23 de junio, mismo día del incidente, si bien la Guardia Civil asegura que llevaba caducado más tiempo.