El Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany instaló ayer en Cala Gració un sistema de recogida y reciclaje de colillas. Se trata de una especie de atril hecho con materiales sostenibles que sirve de dispensador de ceniceros y que, en este caso, son 27 latas vacías, que proporcionan los propios bañistas. Mediante un abrelatas de rueda se saca la parte superior para facilitar su uso, primero, y su vaciado, después.
Este sistema está patentado por Ramon Tur, que ha cedido dicha patente a la Fundació Deixalles durante los próximos cuatro años. Así, esta entidad sin ánimo de lucro realizará la fabricación, gestión y mantenimiento de los atriles, lo que permitirá crear plazas para los procesos de capacitación de colectivos vulnerables, con los que trabaja la Fundación.
La concejala de Medio Ambiente de Sant Antoni, Lidia Prats, dijo que se trata de un sistema «básico y sencillo» que espera que contribuya a encontrar menos colillas en la playa, «y además tiene una función social porque el atril lo construyen personas procedentes del área de Servicios Sociales, que colabora con la Fundació Deixalles».